viernes, noviembre 27, 2015

"JE SUIS, TÚ ERES, HE IS, نحن"

Con la cabeza más reposada, y después de leer un montón de opiniones estúpidas (muchas) y comentarios sin pies ni cabeza (bastantes) acerca del tema de los recientes atentados en París, creo que ya me iba tocando expresar mi opinión.

Puedo decir con la cabeza muy alta y con orgullo que comparto lo mejor y lo peor de cada civilización: la árabe y la occidental. Ambas con sus aciertos del pasado, sus errores del presente y sus enigmas del futuro. 

A pesar de lo que acabo de decir, quiero hacer especial hincapié en que, en mi humilde opinión, transformar a las personas en formas de “países”, “religiones” o “grupos” es desnaturalizarlas. Se les despoja de las virtudes, se les redime de sus pecados y se les exculpa de sus castigos. Es un error de simplificación que nuestro cómodo, primario y pragmático cerebro tiende a repetir con lo que percibe a su alrededor: transformamos lo complejo de nuestro cambiante y desconcertante entorno en algo más simple, en algo más “digerible”. Es muy tentador hacerlo.

Cantos de sirena de mentes primarias y letras escritas con plumas de primates: unir, mezclar, condesar…como decía, simplificar. No importa ni el cómo ni el porqué: les meten a todos en el mismo saco y cierran la cuerda. Les ponen una etiqueta por fuera a rotulador y les llaman: “musulmanes”, “cristianos”, “Occidente”, “Oriente Medio”, “terroristas” o “víctimas” (que a su vez, dependiendo de la región geográfica donde sean asesinadas, se les denominan “víctimas colaterales”, “héroes” o “mártires”).

Ni el asesino tiene patria, ni el asesinato religión. 
Tampoco unas vidas valen más que otras dependiendo de la nacionalidad de un pasaporte: todos somos unos vulgares seres humanos con diáfanas vidas, con predecibles inquietudes y con el derecho a no matar y la obligación de vivir con dignidad.

Así que me duele. Me hace daño a la vista e incluso tengo un cierto regusto a mierda cuando leo, escucho o veo a alguien autoproclamándose “tasador de vidas” o “perito de la moral”, porque nadie es nadie para valorar ni las unas ni la otra. La vida es Vida y la moral siempre se ha escrito con minúscula.

Y no, el “buenismo” o el “bienquedismo” no es efectivo: poner una bandera, cantar una nana nacionalista o ponerte unos gayumbos limpios no hace que los problemas desaparezcan. Si quieres difundir el problema y hacernos conscientes a todos de que te preocupa el Mundo, puedes poner una bandera donde te salga del (gayumbo), o incluso levantar las manos o gritar frases en francés, italiano, griego o suahili…pero eso no es suficiente.   Y sí, ME INCLUYO.
Hay que actuar desde nuestras mundanas vidas, levantar ese culo del sofá y echarle “3 en 1” al cerebro antes de que te lo oxiden. 

No dejes que te pastoreen: observa, vive, opina y sobre todo, actúa. 
No dejes que otros lo hagan por ti…porque cuando te metan en un sucio saco, aten el cordel y le pongan una enorme etiqueta azul que ponga “Conformista”, ya será demasiado tarde.

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