Puedo decir con la cabeza muy alta y con orgullo que comparto lo mejor y lo peor de cada civilización: la árabe y la occidental. Ambas con sus aciertos del pasado, sus errores del presente y sus enigmas del futuro.
A pesar de lo que acabo de decir, quiero hacer especial hincapié en que, en mi humilde opinión, transformar a las personas en formas de “países”, “religiones” o “grupos” es desnaturalizarlas. Se les despoja de las virtudes, se les redime de sus pecados y se les exculpa de sus castigos. Es un error de simplificación que nuestro cómodo, primario y pragmático cerebro tiende a repetir con lo que percibe a su alrededor: transformamos lo complejo de nuestro cambiante y desconcertante entorno en algo más simple, en algo más “digerible”. Es muy tentador hacerlo.
Cantos de sirena de mentes primarias y letras escritas con plumas de primates: unir, mezclar, condesar…como decía, simplificar. No importa ni el cómo ni el porqué: les meten a todos en el mismo saco y cierran la cuerda. Les ponen una etiqueta por fuera a rotulador y les llaman: “musulmanes”, “cristianos”, “Occidente”, “Oriente Medio”, “terroristas” o “víctimas” (que a su vez, dependiendo de la región geográfica donde sean asesinadas, se les denominan “víctimas colaterales”, “héroes” o “mártires”).
Ni el asesino tiene patria, ni el asesinato religión.
Tampoco unas vidas valen más que otras dependiendo de la nacionalidad de un pasaporte: todos somos unos vulgares seres humanos con diáfanas vidas, con predecibles inquietudes y con el derecho a no matar y la obligación de vivir con dignidad.
Así que me duele. Me hace daño a la vista e incluso tengo un cierto regusto a mierda cuando leo, escucho o veo a alguien autoproclamándose “tasador de vidas” o “perito de la moral”, porque nadie es nadie para valorar ni las unas ni la otra. La vida es Vida y la moral siempre se ha escrito con minúscula.
Y no, el “buenismo” o el “bienquedismo” no es efectivo: poner una bandera, cantar una nana nacionalista o ponerte unos gayumbos limpios no hace que los problemas desaparezcan. Si quieres difundir el problema y hacernos conscientes a todos de que te preocupa el Mundo, puedes poner una bandera donde te salga del (gayumbo), o incluso levantar las manos o gritar frases en francés, italiano, griego o suahili…pero eso no es suficiente. Y sí, ME INCLUYO.
Hay que actuar desde nuestras mundanas vidas, levantar ese culo del sofá y echarle “3 en 1” al cerebro antes de que te lo oxiden.
No dejes que te pastoreen: observa, vive, opina y sobre todo, actúa.
No dejes que otros lo hagan por ti…porque cuando te metan en un sucio saco, aten el cordel y le pongan una enorme etiqueta azul que ponga “Conformista”, ya será demasiado tarde.
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