sábado, noviembre 05, 2016

MONÓLOGO: "iPods, i-MBÉCILES y Casettes de Dos Pletinas".

Los tiempos cambian...
Antes todo era muy sencillo. Sin complicaciones, sin comeduras de coco, sin esa mierda que llaman “políticamente correcto”.
A una persona que se le llama hoy en día “ser asocial” antes era un “modorro”, a un niño “hiperactivo” se le llamaba “niño de los cojones” y a lo que hoy en día se le llama “educación proactiva” antes era “correr al niño a cintazos”. Todo era sencillo, predecible...
Lo mismo pasa hoy en día con la música.
Sólo había dos formas de escuchar música: en la radio o en el “casete-de-dos-pletinas”.Punto.
No había más!! Que no lo había, coño!!!
Que querías escuchar lo último: los40. Que querías volver a escuchar lo último: el casete-de-dos-pletinas!!
Ahora está el ipod,el ipad,el iphone,el i-mbecil del vecino cantando y el i-nútil del Bisbal...además del ordenador, el DVD, y un montón de inventos con muchos botones, de los cuales sólo usas uno o dos. A lo sumo!!
¿Y qué decir de los estilos musicales?
En mis tiempos sólo había tres tipos de música: la de bailar, la de escuchar o la de “arrimar la cebolleta”.
La de bailar era melódica, sonaba dos veces en los40 y ya estabas con el dedo en el “casete-de-dos-pletinas”. Ayyy!! Eso era música,coño. Se escuchaba en todos los sitios: en los bares, en la peluquería, en los entierros y hasta en el hilo musical de los psiquiatras.
La de “escuchar”, era música sagrada: se levantaba hasta el abuelo, boina al pecho y con la mano en el corazón. El gato se sentaba. El niño dejaba de llorar. Y hasta las suegras se callaban un rato.
La de “arrimar la cebolleta” se caracterizaba por el hecho de que se ponía en la Disco a última hora. Cuando se apagaban las luces. Era el momento en que que tenías que haber “enfocado” a la chica.
Sí, enfocado. Una vez que se apagaban las luces, entraba en acción el azar...cuenta la leyenda discotequil de gente que por no haber “enfocado” bien, al encenderse las luces de nuevo, se daban cuenta de que habían estado bailando los lentos con un señor de bigote y palillo en la boca.
También hay casos más fuertes: si enfocabas mal en los reservados...alguno, al encenderse las luces, se encontraba con que estaba en una tasca llena de abuelos jugando al dominó!!
Eso era emoción, coñoo!!!

Ahora está todo “disperso”, confuso...liosooo!!
El REAGGETON!! Música del diablo!!
Creo firmemente que surgió de una casualidad...alguien puso un disco de LAMBADA en el tocadiscos, y éste se averió!! Se revolucionó, vamos. Pasó a más revoluciones de las normales. En cristiano: se jodió!
Y entre la “lambada revolucionada” y el salto del disco...nació el REAGGETON!! Fué un accidente.
Y el siguiente paso fue pasar a ser música comercial. Y eso fue fácil!!
La receta para componer REAGGETON es muy sencilla: acelera en el CD la canción que tú elijas, igual te vale “Paquito el Chocolatero” que una canción de Hard Metal. Da lo mismo. Tú, sólo pulsa el botón de avance en el disco. Dale duro!
Ya está: tienes la base musical lista...ahora falta la letra.
Paso 2: vete al supermercado y compra unos yogures, unos “Huesitos” y tres “Tigretones”. A continuación, levanta las tapas de los yogures y lee... en alguno pondrá, pongamos “Has tenido suerte, te ha tocado”: ya tienes la letra!!
“Oye, nenaaaa, hoy has tenido sueeeerte
Te ha tocao!! Te ha Tocao!!”
Sin miedo!! Repítelo como 100 veces y voilà!! Ya has compuesto una canción! Enhorabuena!!
Los “Huesitos” y los “Tigretones” debes de comerlos mientras cantas!!

Y otra modalidad es la “música de grupos-de-chicos-o-chicas-resultonamente-empalagosos”.
Sí, de esos que se ponen a bailar en el escenario, moviendo la cadera y la cabeza como un epiléptico. A ver, te voy a contar una cosa. Espero no decepcionarte: los Reyes Magos no existen, Milli Vanilli no cantaba y los grupitos de niños monos no cantan!! Te he dejado mal cuerpo, no?
El casting es sencillísimo: busca a chicos de flequillo largo, un poco “cachitas”, que se muevan como Robocop con esclerosis múltiple...y hazte su agente. Te vas a forrar!
En las entrevistas sólo tienen que decir 2 cosas: “Bueno sí...” y “Soy lo que soy gracias a los fans”. Punto. Todo lo demás, sobra!! Si van a hablar de Platón o del Teorema de Bernouilli...la joden!!

Y luego, por fin están las “Agresivas-compulsivas-que te-arañooo-uargg”. Su máximo representante es Shakira. El casting aquí, se complica. Tiene que estar buena, bailar bien y hacer como que canta bien. Si está buena...sobraría. ¿A quién coño le importa que cante? Te puede estar hablando de la distancia de Plutón a Galapagar y seguirías bailando!!
Si quieres un éxito asegurado, necesitas que grabe un videoclip, se meta en una jaula, se mueva mucho y si al video, le añades una escena con un bazoka, triunfas. Opcional: consigue que salga con un futbolista, un torero o un mequetrefe de esos que salen en “Sálvame” y sólo les conoce la madre que los parió mal y la vecina de abajo cuando se acuerda de la primera cuando el nene monta una fiesta en su casa....

Antes era toooodo, más sencillo!!


MONÓLOGO: "Salir de Marcha"

Yo, como ésto de la juventud lo estoy dejando, me da igual y lo digo: el 99,95% de las veces que sales de marcha es un coñazo. ¿Pero por qué seguimos saliendo?
Pues porque siempre pensamos: "¿Si no salgo... y luego pasa algo emocionante...? Y, sobre todo, ¿y si ligo?". Sí, porque no falla: basta que un día no salgas, para que te digan tus amigos: --¡Tío! ¡Ayer fue la leche...! Acabamos con unas holandesas bailando en un tren de lavado, mientras una orquesta tocaba para nosotros en puñetero “Requiem de Mozart” y diez Unicornios nos saludaban desde la Castellana!! Te lo perdiste!!
Y tú pensando: "Joder, y yo como un imbécil en casa viendo el programa del Jorge Javier.. que me lo podría haber grabado". Así que, claro, el sábado siguiente, aunque pienses que va a ser un rollo, sales. Y esto es lo que realmente ocurre en casi todas las noches de marcha:

Diez de la noche. Quedas con toda la peña para cenar. Y siempre elige restaurante un tío al que yo llamo El Scotex. Sí,porque es uno que se ha aprendido el truco de cenar en restaurantes caros y pagar a escote, es un chollo... y aprovecha para pedir lo más caro. Lo malo es que, para evitar que te time, te picas: ¿qué pide bistec? Tú, solomillo. ¿Qué pide gambas? Tú, centollo.
Y cuando llega el postre estás tan lleno, que te tomarías un cafetito, y ya está, pero El Scotex dice:
-Para mí una tarta de chocolate con salsa de frambuesa y láminas de menta.
Y tú piensas: "Joder, me va a salir el cafelito a 20 leuracos".
-¡Pues a mí una mouse... de jamón ibérico... y láminas de menta!
Al final el cafelito te sale por 80. ¡Que se joda!
Doce de la noche.
Acaba la cena. Y siempre me surge la misma pregunta: ¿por qué no se decide el sitio adonde ir a tomar la copa durante la cena? Pues no, hay que decidirlo en la calle, muerto de frío:
-¿Y si vamos a Pingo's?
-Uy, no, Pingo's no, que estará hasta arriba.
-Bueno, ¿y si vamos a Funchi's?
-Noo, Funchi's no, que la música es muy mala...

¿Y al final cómo se resuelve esto? Pues como siempre, con indefinición!!!!
De repente alguien tiene una idea brillante:
-Oye, vamos al centro y allí vemos...
Y esta frase es mágica: convence a todo el mundo. ¡Yo creo que por eso el PP la copió: "Oye, vamos al centro y allí veremos...".
Una de la mañana.
Llegas al centro y hay que encontrar aparcamiento.
Y vale cualquier sitio con tal de que quepa el coche: en un vado, encima de la acera, dentro de un contenedor... Y por primera vez en toda la noche, sientes que estás de marcha. Sí, porque tienes que andar cuatro kilómetros desde donde aparcas hasta la discoteca.
Las dos menos cuarto. Por fin llegas, y ya, tranquilamente, puedes... ponerte a hacer cola. Las colas de las discotecas son las únicas que haces sin saber si al final te van a dejar entrar.
¿Se imaginan hacer cola en la frutería y que al final no te vendieran los kiwis? "No, a usted no le vendo kiwis, que lleva calcetines blancos, ¡el siguiente!". Pero si tienes suerte, a las dos y cuarto consigues entrar.
Y pasas de la marcha al rafting. Sí, porque en las discotecas, la gente se organiza en riachuelos. Y tú te colocas en uno, pensando que va a la barra y de pronto te ves en la puerta del baño: ¡mierda! Y ves que todos tus amigos han cogido el que va a la barra. Así que intentas avanzar contra corriente, pero no puedes... y les gritas:
--¡Voy al baño pero no os movááááis de ahíííí!

Pero no cuentas con que las discotecas tienen una capacidad de movimiento propia, como las mareas. Y cuando por fin llegas a la barra, tus amigos han sido trasladados a veinte metros. Y en ese momento empiezas a acordarte de lo bien que se está en tu camita... pero vuelves a caer en la trampa: no me voy, que deben de estar a punto de aparecer las holandesas con una ficha para el tren de lavado.
Así que continúas la expedición, y después de media hora consigues llegar hasta ellos, con la copa en lo alto, como si fuera un trofeo, y te dicen:
-Bébete eso rápido, que nos vamos a otro sitio.
-¡¿A otro sitio?!
-Sí, ¿a dónde te apetece a ti?
-A mí, con lo que me ha costado conseguir la copa, ¡a la Cibeles a celebrarlo!
Pero salta uno:
-Vamos a Cunclis: cierra a las 10 de la mañana. Así que después de estar toda la noche por ahí, sudando, bebiendo y fumando, acabas en un sitio lleno de gente sudada, bebida y fumada. Sí, porque no es muy difícil saber qué tipo de gente vamos a un sitio que cierra a las 10 de la mañana:

Los que no hemos pillado en toda la noche y vamos pensando: "Me quedan dos horas para pillar, voy a machete. Me vale lo que sea, si pesa más de 30 kilos y se mueve... Ahora, si es aquí donde pillaron mis colegas a las finlandesas, no me extraña que las llevaran al tren de lavado".

Al final sales de allí a las 10 de la mañana, sin haberte comido nada. Y de pronto ves en la puerta... un puesto de bocatas de jamón. Que no es ibérico, que no es de bellota. Yo creo que ni siquiera es jamón, pero a esa hora te comerías un guarda jurado.
En fin, que si no sabían lo que es salir de marcha, yo se lo resumo:
Dos horas peleándote con El Scotex, media hora discutiendo con tus amigos, hora y media aparcando, 45 minutos caminando, hora y veinte haciendo cola, y media hora vomitando.

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