martes, octubre 10, 2017

ESPAÑA: "Abriendo la Caja de Pandora"

La “Guerra de Trapos” (como decía mi admirado abuelo Cipriano Álvarez) que estamos viviendo los últimos días, comienza a ser muy preocupante. Estamos inmersos en una surrealista batalla de símbolos en balcones, tejados, calles y plazas. Y nos olvidamos de que detrás de los símbolos hay una realidad cada vez más escondida: las personas. No critico el sentimiento de unión y de pertenencia a un grupo inherente a la simbología. Lo que discuto firmemente es el mensaje de exclusión que llevan implícitas las banderas del hoy (armas), no las “banderas de nuestros padres” (pegamento). Ahora que sabemos que detrás de las banderas hay personas…veamos qué hay detrás de las personas porque eso no está tan claro.

Hemos llegado a un punto al que llamo "reducción a la dualidad" (un poco pedante, pero tiene una explicación): han convertido nuestras vidas y nuestras ideas en una especie de Mardrid-Barsa. Todo es blanco o negro. Rojo o facha. Nacionalista o Patriota. En este discurso no caben las zonas grises que hay entre el blanco más oscuro y el blanco más claro. Creo que el interés en radicalizarnos al extremo es intencionado: calles de Valencia plagadas de nazis que sacuden a los que no piensan como ellos y plazas de Barcelona a la caza de españoles.

Si hice una cosa buena en mi infancia (y adolescencia) fue aprender de los mayores escuchando. Todos tenían cosas que decir. Y casi todas ellas muy interesantes y didácticas si sabías leer entre líneas. Todos coincidían en una cosa: antes de la desastrosa Guerra Civil, se "preparó" a la gente para una confrontación ideológica llevada al extremo más perturbador. Sin cuestiones. Sin meditación. Sin calma. Sin diálogo. Sin cerebro. Sólo vísceras, palos y rabia. El malo era el que pensaba diferente. Y todo valía para acallar las “hirientes” palabras que no coincidieran con las suyas. 

Y en ello estamos. 
Un violento movimiento fascista despertado por la irresponsabilidad de un Gobierno inconsciente y que ha salido de su asquerosa vida latente cual virus. Me niego a ser equidistante cuando se anteponen los puñetazos a la razón en nuestras calles. No puedo serlo porque menos de cuarenta años después ya les tenemos ahí con nuestra bandera de España ensuciada por simbología nazi, con su maldita apología del terror y con consignas desenterradas de una fosa de la que jamás esas palabras debieron de volver a salir. 

Deseo de corazón que todo este cúmulo de despropósitos cese: un Gobierno corrupto al que le encantan las cortinas de humo, un hombre de paja de la burguesía catalana (también encantado de esta tosca maniobra de distracción que casualmente es anterior a la publicación de las cuentas en Andorra el 1 de enero de 2018) y muchas dosis de ineptitud, rabia contenida y voces inteligentes acalladas por medios de comunicación que gritan más fuerte…

No hemos aprendido absolutamente nada. Me quedo con una frase que leí en algún sitio:
“Hay tres clases de personas:
- Las que hacen que las cosas pasen.
- Las que miran las cosas que pasan.
- Y las que se preguntan qué pasó”.

jueves, octubre 05, 2017

Carta a un amigo catalán: "LAZOS QUE SUMAN"

Buenos días, paisano:

Me dirijo a ti como conciudadano y sobre todo como amigo. 
Crees que no nos conocemos, pero no es así: me ves todos los días y nos hemos cruzado varias veces por la calle, comprando el pan, haciendo cola en el cine, animando a nuestro equipo o incluso tomando una cerveza en un bar y haciéndole comentarios a la tele. 

Anónimo paisano y potencial amigo, tengo que decirte algo porque si no, nunca más volveremos a vernos de la misma forma ni en los mismos sitios. Nos cruzaremos sin darnos los buenos días. Me empujarás en la cola del cine, me increparás cuando vaya a la panadería…e incluso dejaremos de ser del mismo equipo de futbol. Nos pelearemos sin saber por qué. Te insultaré sin tener la razón. O, peor aún, nos juraremos odio eterno porque gente a la que no deberíamos de haber conocido, así lo decidió por ti. Y por mí.

Tenemos que empezar a pensar en lo que nos une (que son muchísimas más cosas que las que nos quieren hacer creer que nos hacen diferentes). Somos paisanos, joder. Gente con ganas de trabajar. De que nuestros hijos vivan en paz sin odiar a ambos lados del Ebro. 

No caigamos en SU discurso. Estamos en un momento clave en nuestra Historia como nación. Tú, yo y nuestra gente…hemos vivido juntos capeando crisis, librando guerras, pasando penurias, arrimando el hombro cuando uno de nosotros estaba mal. Por favor, no dejemos que nos jodan dos imbéciles con ínfulas de salvadores. De esos a lo largo de la Historia han aparecido muchos. Les llaman “salvapatrias” y siempre hacen acto de presencia cuando nadie les necesita. Ellos no unen. No suman. Saben dividir y restar. Y lo hacen muy bien.
Yo quiero seguir siendo tu paisano. Tu vecino. Poder ir a verte sin usar el pasaporte ni que nos separe una frontera.

Hagamos juntos un ejercicio de reflexión por dos minutos y pensemos:
- ¿Quién y qué ganaría con una separación entre dos pueblos que están condenados o bendecidos para ser hermanos?
Sólo piensa en eso. Por favor. Mi respuesta la tengo clara. Medita acerca de la tuya.

Nuestro país no es perfecto y ambos lo sabemos. Pero es el nuestro y eso no lo podemos cambiar, ¿no crees? Nos ha dado muchas cosas buenas: una Educación, una Sanidad y un puñado de oportunidades (algunas aprovechadas y otras malogradas). También tiene sus cosas malas: leyes mordazas, violencia gratuita, violencia machista, injusticias sociales, desahucios, etc… y entre todos tenemos el deber moral de ayudar a arreglar las cosas que no nos gustan un pelo.

¡Pero TODOS! Un buen capitán jamás deja el barco hasta que todos sus compañeros están a salvo. No me parece valiente (perdón por la expresión) abandonar el barco sabiendo donde está la avería y que se salve quien pueda.
Nosotros ayudamos a Cataluña cuando estabais mal dándoos infraestructuras para Barcelona 92, negociando con la industria, haciendo el AVE, el Cercanías, las autopistas... (sin ir más lejos, en León por ejemplo no tenemos eso y hemos sabido ser solidarios y lo hemos comprendido bien). 

Te habrán dado clases de Historia. Y supongo que aparte de la Historia de tu región también te hayan enseñado que el resto tenemos mucha que mostrar y de la que presumir. León fue un Reino. En Extremadura nacieron conquistadores. Galicia tiene su Camino de Santiago plagado de mil historias en cada uno de sus cientos de kilómetros. Asturias su valentía. Andalucía, Madrid, Valencia, Canarias, Baleares…todos tenemos Historia. Y nuestras particularidades, idiomas, costumbres…y eso nos hace GRANDES. La diversidad da el fruto de la Cultura no pone barreras ni discrimina. Vuelvo a repetirte: SUMA. No resta. Y eso es lo que quieren hacer, amigo mío. Presentarnos nuestras diferencias como muros de Berlín. Como alambradas de Trump. No les creas. Es SU farsa.

Tengo que decirte que no le veo ningún sentido a separarse en un mundo global del año 2017, de verdad. Y menos cuando nos necesitamos entre nosotros ahora. Se llama solidaridad. Muchos no tenemos la culpa de las posibles injusticias que ves por tus calles o a tu alrededor. También los padecemos el resto, paisano. Y dejarnos solos con ellos no es ni valiente ni solidario. Sólo te pido la MISMA solidaridad que os dimos cuando os tendimos la mano.
Hablan del “Ellos. Nosotros. Ellos. Nosotros”. Y ese es el problema: ellos son nosotros y nosotros somos ellos. Yo viví allí en Cataluña. Y hay catalanes viviendo aquí. No pido el DNI para saber de donde es cada cual. La única diferencia entre las personas es que unas construyen y otras destruyen. Prefiero construir. Nunca he sabido hacer otra cosa. 

Así que, paisano…amigo anónimo: CONSTRUYAMOS. Sé que es más fácil destruir con mentiras que construir de verdad. Pero, créeme: cuando acabemos ese arduo trabajo de arreglar lo que otros han jodido, lo podremos celebrar con orgullo.

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