domingo, agosto 08, 2010

Qué es ser feliz?





"...Lo importante no es qué pueden hacer los demás por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por los demás. La vida es tan sabia y generosa que no nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos para aprender a ser felices por nosotros mismos. Además, si encuentras el bienestar dentro de ti, todo lo demás viene por añadidura. Y esto que es muy fácil de decir, da para unos cuantos años de aprendizaje. Y por favor, no me creas… Experiméntalo por ti mismo”.

Estas líneas las he leído hoy en un periódico. Me impactaron. Me hicieron pensar. No me dejaron indiferente.
La felicidad.La felicidad que tratan de vendernos en forma de objetos,de servicios,de lujos...esa no es real. Es un sucedáneo de las cosas sencillas.
Ser feliz es algo tan sencillo como intentar que el otro lo sea.Cuando alguien se ríe, dentro de tu alma,algo se abre.Un click.Un sonido de que todo es como tiene que ser.

Tenemos una vida limitada que malgastamos en que otros piensen por nosotros.¿Por qué?
Una vida limitada.
Piénsalo. Cuando reflexiones en que las oportunidades de ser tú, no van a repetirse más, entonces querrás ser más tú mismo.No hay más vidas (por lo menos como ésta).
Así que deja de tener miedo.
Es fácil.
Sé tú.
Y sobre todo, ama las cosas sencillas.Son el camino al "ser feliz".
Todo lo demás son mentiras creadas por el hombre para propósitos distintos...

-- Desde Mi iPhone

miércoles, agosto 04, 2010

La Ventana





Es una mañana fría. El vapor de las alcantarillas envuelve las ramas desnudas de árboles de dedos sinuosos.
Desde la ventana empañada se aprecian viejas chimeneas de humo sucio a lo lejos. La silueta de los edificios cuadrados se recortan sobre un fondo gris aluminio y áspero.
En la casa no hace mucho más calor. Hace dos horas que la chimenea se ha apagado. El único vestigio de calor son las cenizas crepitantes de la leña.

He escuchado esa voz otra vez. El mismo susurro que empieza en mis oidos y acaba en mi espina dorsal. No son palabras. Es el sonido de mil sacos viejos arrastrándose por la paja seca. Pero es una voz. No cabe duda...o sí.

El sol se asoma ahora tímidamente en el horizonte. Un tinte amarillo que se apaga y enciende entre el azabache de las nubes.
Llevo dos horas de pie mirando fíjamente por la ventana de un segundo piso. No veo al señor que está cruzando la calle en este momento, al grupo de niños que juegan con un pájaro muerto, ni a la figura oscura que me mira desde la puerta de la panadería de enfrente. Aunque me hubiese fijado en el hombre-mujer de ropa oscura y rostro envuelto en una bufanda, no podría haber sacado una conclusión acerca de qué mira o ... qué es.

El cristal. Detrás del cristal, la calle. Detrás de la calle, los edificios de tosca construcción, detrás de los edificios, la gente...y detrás de la gente, mil historias, millones de sentimientos e infinidad de cosas que nunca se contaron, ni se contarán. Y sigo mirando a lo lejos sin ver nada. Sin saber que me están observando. Sin saber qué esconden esas casas, esa gente y esos sentimientos.

...y cuando la figura oscura deja de mirarme, el pájaro muerto vuela, los niños que juegan desaparecen y el hombre que cruza la calle se desploma.

Dejo de mirar por la ventana. El sol gana su batalla particular a las nubes y la chimenea está prendida.






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