jueves, septiembre 19, 2013

ESTADO DEL MALESTAR: “De cómo perjudicarte para no perjudicarte”

Las noticias se van sucediendo a lo largo de estos dos largos años de dictadura Popular, populista y contra la población. La anterior “legislatura” no fue mejor, la verdad. Por lo general y ya casi por rutina, son siempre malas noticias.

No pretendo hacer un resumen de estos  años en una cara de folio. Con acudir a la hemeroteca nos valdría para ver las consecuencias de una política aplicada y avalada por unas causas en su mayor parte forzadas e inventadas.

En aras de una pléyade de falsos dioses, se nos impone dictatorialmente vivir en un constante Estado del Malestar. Bajo dos FALSAS PREMISAS:

1.”Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y nos merecemos el castigo”: porque no nos engañemos, NADIE vive por encima de lo que puede o lo que le dejan. Si la gente se endeudaba era gracias a que los bancos y cajas de ahorro, cegados por la ambición de alcanzar unos objetivos, casi imponían el aceptar créditos e hipotecas. No hace falta insistir en ello porque quien más, quien menos, lo vivió. Puedo aceptar que somos gente adulta y consecuente con nuestros actos. Incluso acepto que a nadie se le coaccionó a endeudarse para darse un “homenaje”. Pero el sistema financiero con la connivencia de los sucesivos gobiernos, nos vendió una falsa apariencia de orgía consumista: el que no pedía un crédito o se hipotecaba era un idiota anti-sistema. Ese era el mensaje.

Los mismos que crearon esa falsa apariencia de seguridad, de consumismo y de burbujas mobiliarias e inmobiliarias infinitas, ahora nos echan en cara el haberles hecho caso.
Otra de las falsedades de esta premisa era que TODOS nos merecemos el castigo porque TODOS vivimos por encima de nuestras posibilidades en su momento. FALSO.

Muchos de nosotros vivimos exactamente igual que en aquellos maravillosos años. Jamás acudimos al endeudamiento ni nos dimos “homenajes”, ni tampoco nos dimos un festín con el “maná” que nos “regalaban” los bancos y cajas de ahorro. Menos, ahora, eso está claro.
Pero se nos aplica a TODOS el mismo castigo: a los que no vivimos “por encima” y a los que pasaron “por debajo” de la engañosa apariencia de una opulencia infinita.
Lo de todos, habría que entrecomillarlo si tenemos en cuenta de que los que realmente vivieron por encima de NUESTRAS posibilidades fueron y son, los políticos: aeropuertos inservibles, palacios convertidos en Ayuntamientos, viajes “olímpicos” pagados por todos, asesores para poner “cafés con leche en la Plaza Mayor”, etc…
Ellos son los que han vivido por encima de NUESTRAS posibilidades. No sólo no se les aplica el castigo a su desmedida opulencia, sino que aún siguen derrochando a cuenta de nosotros.
La conclusión a la que llego con esta falsa premisa es que tenemos que “apretarnos NOSOTROS el cinturón” para que a ellos no les quepa. Así que para eso valen los recortes que NOS imponen.

2.”Malvivamos ahora para poder vivir bien después”: cuando lo que quieren decir es que apliquemos políticas cortoplacistas y austeras para contentar a los mercados.
No, no lo hacen por el futuro nuestro porque no lo hay. O por lo menos como dicen ellos que lo habrá. ¿Qué si veo el futuro? No, pero me lo imagino. Y no es bueno.

¿Puede serlo con 6.000.000 de parados, miles y miles de intelectuales en el exilio, menos cotizantes, menos inversión en formación futura y el desmantelamiento del I+D en este país? No, no puede ser un futuro esperanzador ni mucho menos.

Además, qué futuro nos espera como pensionistas cuando en el futuro, ante una más que hipotética situación de jubilación, nos encontremos con que: nos han recortado la pensión, los hospitales son de pago, las medicinas son de pago, no existe Ley de Dependencia que nos proteja, la inflación se ha duplicado…
Y todo esto suponiendo que no sigan habiendo más y más recortes para pagar una deuda de la que estamos pagando aún sólo intereses.

Así que, que NO NOS ENGAÑEN. Estos sacrificios (que ya he dicho en el punto anterior que sólo los sufrimos los que menos culpa tenemos), seguirán siendo más y más duros en el futuro si las cosas no cambian o les cambiamos (ya sabemos a quiénes y cómo). No estamos salvaguardando nuestro futuro sino que estamos adelantándolo dolorosamente al presente haciendo que progresivamente vaya empeorando.

Porque los RECORTES nos están llevando a eso…a más RECORTES: económicos, personales y sociales.


lunes, septiembre 02, 2013

¿EN REALIDAD TIENEN LEGITIMIDAD MORAL PARA JUZGARNOS?

Si vives en España y aún no te has dado cuenta, ese dicho de que “la Justicia es ciega” jamás ha cobrado tanto sentido. Es ciega con la Ley, sorda al clamor popular y muda al delito.

Me considero una persona honrada y quiero pensar que la gente que me conoce lo sabe y así me considera a su vez: nunca he robado nada en mi vida ni quiero. No he matado a nadie aunque me confieso de haberlo deseado con ciertos “individuos” en momentos puntuales. Como funcionario jamás se me ha pasado por la cabeza la idea ni de prevaricar, ni de hacer tratos de favor y mucho menos practicar el cohecho.

En mi vida he conducido borracho. No he amenazado ni a mujer, niño u hombre. Los malos tratos sencillamente me repugnan.

No soy un santo. Tampoco un demonio. Simplemente voy por la vida tratando de respetar la vida y el bienestar de los demás así como quiero que respeten el mío. Si me pidieran que me definiese dentro de la Sociedad, me calificaría como”ciudadano estándar”. Del montón. Uno más. Ni quiero llamar la atención, ni deseo que me pisen. Mucho menos que se rían o se aprovechen de mi educación o respeto hacia el prójimo.

Sólo hay que ser un poco listo para darse cuenta del macabro chiste en que se ha transformado hoy en día la sociedad española. Una sociedad que ha perdido dos de sus pilares más básicos: la legitimidad para gobernar y para impartir Justicia (me gusta ponerlo en mayúscula aunque a efectos prácticos se escriba en minúsculas).

Un Gobierno cuyo único argumento para gobernar despóticamente (y con ineficacia) es el de haber alcanzado una mayoría absoluta, me asquea personalmente. Gobernar no es ampararse en unos votos. Es más que eso. Es conseguir que el bienestar de los ciudadanos se mantenga o se incremente si eso es posible. Gobernar es proteger al que lo necesita y obligar coercitivamente mediante un sistema tributario, judicial o civil a cumplir la Ley escrupulosamente. Todos. Independientemente del patrimonio o del poder.

Gobernar es muchas cosas. Muchas de las cuales son la antítesis de lo que se está haciendo: masacrar al necesitado vía reducción del “gasto” (inversión) público y proteger al potentado. Un Gobierno que elimina el gasto Público, ¿para qué recauda tributos? Pierde la legitimidad para gobernar porque no es una empresa. NO es necesario un superávit. NO es necesaria la obtención de “beneficios”. Un Gobierno debe de ser un simple gestor de Ingresos y aplicarlos a los Gastos o lo que es lo mismo: llegar al Presupuesto Cero (Ingresos igual a Gastos).

El otro pilar (unido artificialmente al Gobierno) es el de la Justicia (politizada). Desaparecida en combate. Ni está, ni se espera que esté a día de hoy. Justicia no es convertir en previsible el veredicto de ex ministros, presidentes de la Comunidad, alcaldes, políticos, banqueros o famosos. Justicia no es saber de antemano que José Blanco, Isabel Pantoja, Ortega Cano o Francisco Camps no serán juzgados como el resto de ciudadanos. Tampoco que mediante artimañas se salven algunos seres “superiores” como Urdangarín, la Infanta Cristina o el mismísimo presidente del Gobierno (¿cuántas pruebas más se necesitan para verificar que ha recibido dinero negro o que viola sistemáticamente la Ley de Incompatibilidad siendo Registrador de la Propiedad en Santa Pola?).

Una Justicia que deja de ser imparcial, neutra e independiente, pasa a llamarse de otra manera: PANTOMIMA.

Y como tal, habiéndose despojado del carácter de “sagrada e independiente”, deja de estar legitimada moral y éticamente para juzgar al resto de ciudadanos.

Volviendo a la descripción de “ciudadano estándar” que me considero. ¿Cómo me trataría esa “justicia” si un día se me “cruzan los cables”? ¿Tendría la misma presunción de inocencia? ¿Estaría igual de protegido que esos “señores” haciendo lo mismo? La respuesta está clara. Como he dicho, ese mecanismo que nació para hacernos a todos iguales murió. Y con su muerte, murió además la confianza de muchos en la Democracia.

Vuelvo a repetir la pregunta que me hacía antes de redactar este montón de líneas: ¿está la Justicia legitimada moralmente para juzgarnos?

Entrada destacada

“Palo y zanahoria” VS. “Sobreprotección infantil”

Volvamos unos cuantos años atrás viajando por el tiempo. Justo a la época en la que estás jugando con tus compañeros de quinto de Educaci...