lunes, septiembre 02, 2013

¿EN REALIDAD TIENEN LEGITIMIDAD MORAL PARA JUZGARNOS?

Si vives en España y aún no te has dado cuenta, ese dicho de que “la Justicia es ciega” jamás ha cobrado tanto sentido. Es ciega con la Ley, sorda al clamor popular y muda al delito.

Me considero una persona honrada y quiero pensar que la gente que me conoce lo sabe y así me considera a su vez: nunca he robado nada en mi vida ni quiero. No he matado a nadie aunque me confieso de haberlo deseado con ciertos “individuos” en momentos puntuales. Como funcionario jamás se me ha pasado por la cabeza la idea ni de prevaricar, ni de hacer tratos de favor y mucho menos practicar el cohecho.

En mi vida he conducido borracho. No he amenazado ni a mujer, niño u hombre. Los malos tratos sencillamente me repugnan.

No soy un santo. Tampoco un demonio. Simplemente voy por la vida tratando de respetar la vida y el bienestar de los demás así como quiero que respeten el mío. Si me pidieran que me definiese dentro de la Sociedad, me calificaría como”ciudadano estándar”. Del montón. Uno más. Ni quiero llamar la atención, ni deseo que me pisen. Mucho menos que se rían o se aprovechen de mi educación o respeto hacia el prójimo.

Sólo hay que ser un poco listo para darse cuenta del macabro chiste en que se ha transformado hoy en día la sociedad española. Una sociedad que ha perdido dos de sus pilares más básicos: la legitimidad para gobernar y para impartir Justicia (me gusta ponerlo en mayúscula aunque a efectos prácticos se escriba en minúsculas).

Un Gobierno cuyo único argumento para gobernar despóticamente (y con ineficacia) es el de haber alcanzado una mayoría absoluta, me asquea personalmente. Gobernar no es ampararse en unos votos. Es más que eso. Es conseguir que el bienestar de los ciudadanos se mantenga o se incremente si eso es posible. Gobernar es proteger al que lo necesita y obligar coercitivamente mediante un sistema tributario, judicial o civil a cumplir la Ley escrupulosamente. Todos. Independientemente del patrimonio o del poder.

Gobernar es muchas cosas. Muchas de las cuales son la antítesis de lo que se está haciendo: masacrar al necesitado vía reducción del “gasto” (inversión) público y proteger al potentado. Un Gobierno que elimina el gasto Público, ¿para qué recauda tributos? Pierde la legitimidad para gobernar porque no es una empresa. NO es necesario un superávit. NO es necesaria la obtención de “beneficios”. Un Gobierno debe de ser un simple gestor de Ingresos y aplicarlos a los Gastos o lo que es lo mismo: llegar al Presupuesto Cero (Ingresos igual a Gastos).

El otro pilar (unido artificialmente al Gobierno) es el de la Justicia (politizada). Desaparecida en combate. Ni está, ni se espera que esté a día de hoy. Justicia no es convertir en previsible el veredicto de ex ministros, presidentes de la Comunidad, alcaldes, políticos, banqueros o famosos. Justicia no es saber de antemano que José Blanco, Isabel Pantoja, Ortega Cano o Francisco Camps no serán juzgados como el resto de ciudadanos. Tampoco que mediante artimañas se salven algunos seres “superiores” como Urdangarín, la Infanta Cristina o el mismísimo presidente del Gobierno (¿cuántas pruebas más se necesitan para verificar que ha recibido dinero negro o que viola sistemáticamente la Ley de Incompatibilidad siendo Registrador de la Propiedad en Santa Pola?).

Una Justicia que deja de ser imparcial, neutra e independiente, pasa a llamarse de otra manera: PANTOMIMA.

Y como tal, habiéndose despojado del carácter de “sagrada e independiente”, deja de estar legitimada moral y éticamente para juzgar al resto de ciudadanos.

Volviendo a la descripción de “ciudadano estándar” que me considero. ¿Cómo me trataría esa “justicia” si un día se me “cruzan los cables”? ¿Tendría la misma presunción de inocencia? ¿Estaría igual de protegido que esos “señores” haciendo lo mismo? La respuesta está clara. Como he dicho, ese mecanismo que nació para hacernos a todos iguales murió. Y con su muerte, murió además la confianza de muchos en la Democracia.

Vuelvo a repetir la pregunta que me hacía antes de redactar este montón de líneas: ¿está la Justicia legitimada moralmente para juzgarnos?

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