jueves, junio 27, 2013

¿Quiénes somos la AGENCIA TRIBUTARIA?

En la Agencia Estatal de la Administración Tributaría (AEAT) desempeñan sus funciones 27.000 empleados públicos,  trabajando para que en este país los impuestos se recauden conforme a la ley. 

Con una economía sumergida que diversas fuentes sitúan en torno al 20 % del PIB, un fraude fiscal que incluso la  supera, y un nivel creciente de morosidad empresarial frente a la Hacienda Pública, que también alcanza cifras  espeluznantes, los trabajadores de la Agencia Tributaria somos conscientes de que nuestra labor de aplicación del  sistema tributario, ya sea a través de las funciones de gestión, inspección o recaudación, es esencial para el  sostenimiento de nuestro Estado del Bienestar. 

Ese Estado del Bienestar se encuentra en grave riesgo tras los recortes de gasto público acaecidos en los últimos  tiempos. Recortes a los que se ha recurrido, junto a subidas impositivas de diversa índole, sin acometer otro tipo de  reformas de mayor calado, entre las que se encontrarían la de nuestro sistema fiscal y la de los procedimientos  administrativos y tributarios que permiten la lucha contra el fraude fiscal. Y, lo que es más grave, que siendo  conscientes del problema, no se haya reaccionado con urgencia para incrementar los ingresos públicos mediante la inmediata puesta en marcha de medidas de lucha decidida y eficiente contra esa lacra. Más al contrario, se han reducido las ofertas de empleo público en un escenario, a medio plazo, de numerosas jubilaciones en la Administración Tributaria, y no se ha implementado el tantas veces solicitado plan especial de lucha contra el fraude. Pues bien, pese a esa falta de respuesta, esos trabajadores públicos, que han superado duros procesos selectivos mediante el sistema de oposición, demuestran cada día su valía, ya sea en las actuaciones tributarias cotidianas, ya en el trato con el contribuyente, o ya en las más visibles actuaciones de comprobación e investigación, destapando casos de tramas de fraude y corrupción a veces muy sonados. Y, sin embargo, se nos sigue crucificando, con declaraciones como las del Presidente de la CEOE que ve Inspectores de Hacienda hasta en el desayuno. Quizás el problema sea que no los vea con más frecuencia. 

Lejos de desanimarnos, declaraciones como las aludidas nos llevan a pensar que hacemos bien nuestro trabajo, y que por eso molestamos a aquellos que defraudan a la Hacienda Pública y, por tanto, a toda la sociedad española. 
Ello refuerza la convicción existente sobre la necesidad de dotar de más medios a la AEAT. 
Y es que vivimos tiempos revueltos, en los que, quienes se llevan su dinero fuera de nuestras fronteras, quienes constituyen sedes en países de reducida o nula tributación para no pagar por sus beneficios, quienes defraudan impuestos en general, quienes adeudan cuantías relevantes a la Hacienda Pública y, en fin, quienes se han beneficiado de la eufemísticamente llamada Declaración Especial -en realidad, una Amnistía Fiscal-,son precisamente los mismos que reclaman a nuestros gobernantes la reducción de la Administración Pública. Y todo ello, siendo España el país de nuestro entorno con menos empleados públicos por habitante destinados a la lucha contra el fraude. 

Que quienes adeudan y defraudan a la Hacienda Pública realicen declaraciones como esas, lleva a mucha gente a plantearse si los Inspectores, la Agencia Tributaria y los funcionarios en general, suponemos un estorbo para sus prácticas. Como también tendrá otras finalidades el enconado ataque hacia la Administración, pues conseguir la privatización de servicios públicos supondría un pingüe beneficio, a costa, evidentemente, de los ciudadanos que pagarán dichos servicios. Porque no se diferencia la verdadera Administración de aquella otra parte del Sector Público creada artificiosamente con la finalidad de eludir las normas administrativas, ni se señalan las duplicidades a eliminar entre Estado, Autonomías o Entidades Locales y, por supuesto, no se mencionan todos aquellos servicios esenciales en los que es pública y notoria la falta de personal y medios. No, lo importante es aprovecharse de la situación en beneficio propio. 

No cabe duda que, en ese contexto, la lucha contra el fraude y los éxitos que en ese campo se alcanzan con el trabajo de los empleados públicos de la AEAT, ponen en peligro los argumentos para la implantación de las políticas de austeridad que tanto beneficio están dando a la oligarquía económica de este país. Cuanto mayores sean los ingresos del Estado, cuanto más reducida sea la bolsa de fraude (y en este aspecto la AEAT es su columna vertebral), menor justificación tendrá una política que nos está haciendo retroceder 30 años en derechos cívicos y sociales. No es casualidad que recientes estadísticas constaten el aumento de millonarios en nuestro país, mientras sufre una buena parte de su población. 

En otro orden de cosas, no podemos dejar de recordar a nuestra ciudadanía, que los trabajadores de la Agencia Tributaria no dictamos la normativa tributaria, los supuestos de infracción, las sanciones, los procedimientos para exigir responsabilidades. No, sólo nos limitamos a aplicarla, tratando de llegar, en nuestro afán porque se cumpla la Ley, hasta donde sea necesario en los casos de fraudes o impagos. Pero las limitaciones, normativas, materiales y humanas son grandes. Por ello se ha reiterado la necesidad de reformas impositivas, procedimentales, cambios organizativos e incremento de medios, en lugar de aprobar leyes injustas que sólo favorecen a una minoría 
privilegiada, como es el caso de la Amnistía Fiscal, verdadero insulto a los trabajadores de la AEAT y a todos los ciudadanos afortunadamente la mayoría- que pagan religiosamente sus impuestos. ¿Cómo explicar a esos contribuyentes que a los defraudadores de este país se les permite lavar su dinero con el módico coste medio del 3% de los capitales aflorados?. ¿No es ésta una invitación al fraude? 

No podemos estar de acuerdo con un Sistema Tributario que cada vez se aleja más de los principios constitucionales de igualdad y progresividad. Actualmente, las rentas del trabajo soportan una elevada presión fiscal, mientras que la imposición sobre el capital y la riqueza se ha reducido ostensiblemente. Nuestro actual Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas grava con un tipo máximo del 47% a las rentas del trabajo, mientras que el tipo máximo de gravamen de las rentas del ahorro es del 21%. 

Y, si hablamos de la tributación de las sociedades, la situación es lamentable, con un impuesto cuya recaudación ha caído en picado, mucho más allá que la caída en la actividad, por mor de la deslocalización de operaciones y el elevado nivel de fraude, con un diseño inadecuado en el cual, encontramos un tipo impositivo máximo del 30% que, con la aplicación de unos beneficios fiscales diseñados para los grandes grupos consolidados (que representan el 
0,2% de las empresas pero acaparan el 60% de las deducciones), determina que haya sociedades que tributen menos del 10% por sus beneficios. 

Pero hay más, porque no es consciente el ciudadano, pagador también de impuestos indirectos al consumo, de que buena parte de los mismos no llega nunca a las arcas públicas debido al elevado nivel de fraude en el IVA y en los Impuestos Especiales. Mucho se ha hablado de la injusta normativa que obliga a adelantar el pago del IVA a empresas y autónomos que no lo han cobrado, pero poco del gran número de aquéllas que no lo están ingresando 
realmente. Como tampoco son conscientes muchos empleados de esas empresas de que sus impuestos -el IRPF retenido de sus nóminas-, no llegan en muchos casos a la Hacienda Pública y de que, a pesar de ello, reciben devoluciones en sus declaraciones anuales, sin que sus retenciones hayan sido previamente ingresadas. 

Obviamente, con este panorama, difícil parece mantener un Estado social como el que se ha ido construyendo, con mucho esfuerzo, en las últimas décadas. Son necesarias muchas reformas, sí, pero sin dinero no hay servicios, no hay infraestructuras, no hay pensiones… Es ya hora de que nuestros partidos políticos se pongan de acuerdo en lo esencial, de que se instrumenten verdaderas reformas y, en lo que los trabajadores de la AEAT atañe, se ponga verdadero interés en luchar contra el fraude y la evasión fiscal. 

Los Empleados Públicos de la AEAT, a través de nuestro papel en la consecución de los ingresos públicos, debemos y queremos ser la columna y la base de un Estado del Bienestar que es el motor del progreso de nuestra sociedad. 

Lo haremos con profesionalidad e independencia en nuestras actuaciones, como aval que distribuya las cargas tributarias de forma justa entre nuestra sociedad. Pero lo haremos mejor con las normas y medios adecuados, con una organización en la que se prime el mérito y la experiencia y, sobre todo, con la comprensión hacia nuestra función por parte de los ciudadanos a los que servimos, porque somos conscientes de que, pese a resultar ingrata, 
nuestra función es esencial.

sábado, junio 22, 2013

MANIFIESTO DE LOS TRABAJADORES (algunos) de la AGENCIA TRIBUTARIA

Hace falta ser muy inconscientes, pues no quisiéramos pensar que existe otro motivo, para consentir el  acoso y derribo que se está cometiendo contra la Agencia Estatal Tributaria. Tamaña falta de  perspectiva y responsabilidad por parte de nuestros políticos y gobernantes para atentar contra una  institución como la Agencia nos resulta incomprensible. 

¿Con qué cara se les va a pedir a los trabajadores de esta casa que día tras día atienden a los contribuyentes que se enfrenten a sus dudas sobre el trabajo que realizan? ¿Qué decir a los miles de ciudadanos que acuden en estas fechas al Servicio de Ayuda de la Campaña de Renta sobre la fiabilidad de las declaraciones que se realizan? 
Desprestigiar en un instante a una Institución que se ha ganado paso a paso su reconocimiento nacional e internacional es intolerable. No se puede consentir que se enlode la imagen de la Agencia Tributaria, que es la punta de lanza de la Administración Española, y la responsable de obtener los ingresos del Estado. 

Como profesionales de la Agencia Tributaria, sólo nos queda recordar que ES IMPOSIBLE cometer tan burdo error como alega el Ministro Montoro, pues con los medios informáticos con los que se cuenta debieron detectarse estas transmisiones e investigarse de la forma procedente, máxime teniendo en cuenta que se trataba de la Infanta de España, así como que cualquier acceso al DNI de una persona de su relevancia, es auditado inmediatamente. 

No sabemos qué fin tiene esta burda mentira, pero en cualquier caso no vamos a consentir que todos los trabajadores de la AEAT pasen por tontos para tapar a políticos y gestores sin escrúpulos, aquejados de tal necedad, que no son capaces defender con dignidad su trabajo y responsabilidad. 
Esta práctica de vaciar el contenido, la imagen, y la función de una Empresa, sólo se lleva a cabo cuando los propietarios quieren venderla, eso si, tras haberla descapitalizado. Parece ser que el Sr. Montoro sólo pretende el deterioro de la imagen de los empleados públicos para su posterior linchamiento. 
La dignidad y la honestidad de la función pública y de sus trabajadores no puede ser defendida con planteamientos corporativos. La Dirección que propicia estos linchamientos, sólo se refrena ante los colectivos con poder de presión propio. 

SEÑORES, NO VALE TODO, YA ESTA BIEN EN TOMAR POR TONTOS A LA CIUDADANÍA. 

ASUMAN SUS RESPONSABILIDADES Y DIMITAN, NO ESTÁN CAPACITADOS PARA EL PUESTO QUE 
OCUPAN

jueves, junio 13, 2013

MONÓLOGO: LA PLAYA

MONÓLOGO: LA PLAYA

Ya llega el verano.

Con los calores y los sofocos, los seres humanos de dos patas (y los de tres) nos vemos impelidos a correr como alma que lleva la Merkel, a los arenales ibéricos. También llamadas “playas” o “pa la costa, Pepe”.
Las playas son el lugar donde te encuentras a la misma gente de siempre pero con menos ropa.

-Coño, Antonio! Cuánto tiempo! ¿Qué es de tu vida?
-Ná, vivo en el mismo rellano que tú en el piso. Desde la pared oigo cómo celebras los goles del Barsa, cabrón. Pero sí, así de vista, vista…creo que desde que bajaste la basura con la bata de tu suegra.

Pones a todos los vecinos de tu edificio, al tío de los colchones que te despierta los domingos, al tendero que te tima con la fruta y a las paisanas más cotillas, en un mismo autobús. Colocas el cartelito de “a Alicante” en el parabrisas. Cantáis todos la canción de “El Señor Conductor no se Ríe” (no, no se ríe jamás. Eso sí: se caga en vuestra puta madre por la fanfarria insufrible que le habéis dedicado durante horas). Un rato después ya estáis todos: Manolo, Pepe, Antoñita, la Paca, Manolita “la del barrio” y toda la plebe, en la playita.

Los primeros momentos son clave. Desde que pisas la arena a cuando miras de reojo alrededor a ver si hay alguien más blancucho o blancucha que tú:
-Jojojojo!! Mira, Manuela. Psstt!!! Esa parece albina. Parece una cartulina blanca desteñida (eso sí, tú la camiseta aún no te la quitas por si acaso también estás “falto de color”)

El siguiente paso es poner la sombrilla: algo así como cuando Armstrong pisó la luna, pero sin trompeta, claro.  También sin bicicleta ni dopado.

La posición correcta es: levantas la barbilla. Estiras el brazo. Clavas la sombrilla en la arena. Escuchas el grito. Miras abajo. Pides perdón a la señora con bigote del bañador a la que has banderilleado. Vuelves a levantar la barbilla. Y por fin: te pinchas el pie y gritas.

Una vez puesta la sombrilla, las hamacas, sacado el salchichón (el que no va dentro de la bolsa) y bebido una caja de cerveza…llega la hora del bañito.
También hay un ritual para ello. Comienza desde el momento en que metes la tripa para dentro hasta que se escucha un “cagondios” muy sonoro cuando metes un pie en la orilla.

Es importante estar preparado para el primer baño. Cuanta la leyenda que uno, por bañarse una hora y cincuenta y nueve minutos después de comer, se le cortó la digestión. Hay que meterse poco a poco: el pie, la pantorrilla, la lorza izquierda, la derecha…y tirar al niño para ver si no hay medusas.
Una vez dentro del agua es cuando te das cuenta de que has llegado al Nuevo Mundo. Un mundo que nada tiene que ver con el que está repleto de toallas en la orilla.

Hay una serie de personajes a evitar:

1.    El más peligroso de todos es el llamado “Mitch Buchanan” o “Vigilante de las Pavas”: se le distingue rápido porque es el único que se baña con medallones de oro, pulseras de la Primera Comunión y lleva las cuentas del Rosario. El peligro estriba en que es dado a hacer piruetas al lado donde estás buceando para lucirse. La víctima suele acabar tullida o con magulladuras por metal. También es dado a hacer como que nada muy rápido (en las variantes: sprint del fumador o baile del perrito) y arrollar a la gente pacífica.

2.    La “ballenato”: señora gruesa tendiendo a muy gorda que siempre la tienes delante, nades donde nades. Su uniforme es un bañador de una pieza hecho de franela y un gorro de baño con rulos.Puedes estar a mil millas náuticas, que siempre te la encontrarás. Suele aparecer cuando no miras e inevitablemente, cuando nadas, te chocas con su culo. Mirada socarrona, gesto ruin y ademanes so-cabrones. Suele acabar en “guantazo a mano revenía” o “capón por hundimiento manual”. Dentro del agua oyes el ya famoso “ma tocao el culo, sinvergüenza”.


3.    El “fabricante de dodecaedros” o “poligonero de doble capa”: se caracteriza por llevar los calzoncillos por dentro cuando se baña. Se los suele quitar para andar por la calle. Es tan alternativo que en la ducha va de traje y corbata. Te ataca mediante la “técnica del grito la grulla” (ya tá, ya tá, ke voy tó looooco!!) o la de “la avutarda epiléptica” (es propenso a aspear los brazos y sacarte un ojo, incluso muerde a veces)

4.    Y aunque haya más, no puede faltar “Mister Thursday” o “señor jueves”. Es la variante de “el ballenato” pero en señor de gafas, enjuto pero con barriga prominente. Es el mismo señor que te sueles encontrar tanto en las paradas de autobús como en los funerales leyendo el Marca. Hay una media de dos en una playa. Colocados en sitios estratégicos: donde más joda a los bañistas. Que vas nadando para entrenarte: aparece. Que te sumerges en el agua para bucear: allí está. Que corres porque te persigue un tiburón: no corras porque entorpecerá tu huída.

En la orilla hay más personajes. Como he dicho son radicalmente diferentes y más numerosos, por lo que sería absurdo clasificarlos. Empezó a hacerlo Darwin y huyó a las Islas Galápagos. Por algo sería. En los libros se dice en numerosas ocasiones que no era tonto el chaval.
Terminaré, enumerando los mandamientos o normas a cumplir en una playa si quieres pasar desapercibido y que no te confundan con un afiliado al PP o al PSOE:

a)    Un buen playero mete la barriga cuando se cruza con una mujer joven. Si son dos, la mete más (la barriga). Y si son tres o más, debe de imitar a un faquir con Parkinson.
b)    Un buen playero se lleva la tele, el DVD, el Blu-Ray e incluso el PC de sobremesa: nunca se sabe si va a haber un partido amistoso del Elche, si van a salir los números de la Bonoloto o el premio del iPad que te prometieron en un mail de Ruumanía.
c)    Un buen playero, jamás, jamás se deja el balón de Nivea en casa. Cuanto más grande y molesto sea el balón, más daños colaterales podrá causar…ergo más espacio le dejarán para su toalla.
d)    Un buen playero debe de ir siempre con una radio enorme. No se permiten cascos o auriculares. Eso es de urbanitas y gente rara que bebe el café en taza. Si además es de cassette, mejor. No consta que existan CDs de Camela o de Los Chichos.
e)    Y, por último. Un buen playero, debe de estar preparado para no morir de inanición o sed. Dentro de su kit debe de haber un machete para cazar jabalís playeros, una tortilla Europea (la española quedó pequeña), un melonar entero, dos neveras y un cordero lechal cocinado en Valladolid.

Creo que con esto os podréis hacer una idea de por qué suelo ir con un trabuco y montado a caballo a la playa. Hay peligros y situaciones inimaginables desde que pones un pie en la arena. Os dejo que me acabo de caer del caballo otra vez. Espero no haberme tropezado otra vez con “un ballenato”…

JAVIER ADDALI ÁLVAREZ
13 de Junio de 2013



miércoles, junio 12, 2013

"Ésto es España y así se la hemos contado".

Tramoyistas, trileros y troleros,  encantadores de serpientes, domadores y tahúres. Suma y sigue.

Están por todas partes. Inventando historias. Soltando bufonadas. Insultando a la inteligencia de las personas cuerdas. Se sienten tan seguros de sí mismos que creen que los ciudadanos somos idiotas, mudos y ciegos. Somos tantos millones que es prácticamente imposible que nos engañen a todos.

Diputados, senadores, alcaldes, ministros, presidentes de comunidades, banqueros, empresas de la luz, teléfono, gas, agua. Suma y sigue.

Sí. Les gusta mucho salir por la televisión, el hábitat manipulado y manipulable por antonomasia. En la prensa también se mueven como pez en el agua. Son como un equipo de futbol jugando en casa con el árbitro comprado…Internet es otra cosa, claro. Son tan ignorantes en eso de la “tecnología” (pronúnciese con desdén) que les da miedo.


Desde los púlpitos arropados de palmeros y lameculos a sueldo sueltan sus diatribas de palabras huecas y sin sentido. Les aplauden a rabiar. No sé qué coño ha dicho o si tiene sentido, pero joder, el señorito me paga y yo aplaudo. Ese era el trato.

Ha llegado un punto en el que casi hay el mismo número de palmeros que de oradores. Unos se aplauden a otros y se interpelan mientras nosotros, atónitos espectadores, vemos el bochornoso espectáculo.

Y no sienten vergüenza porque carecen de ella. No sienten remordimientos porque no tienen escrúpulos. No tienen piedad porque son dañinos. No quieren cultura porque les hace daño.

Presidentes de puros, fútbol y arriquitán. Alcaldes de fardos de billetes engomados y cerebros de plastilina. Bocazas del que se jodan. Suertudos de Lotería. Conductores que en vez de llenar el depósito, se llenan el gaznate de etanol. Tocho, ladrillo y olé.

También en la geografía de piel de toro, ostentosa y burlesca por naturaleza, tenemos Reyes. No Godos sino de engordadas carteras y yates varados. Con familiares engañabobos, bobaliconas presuntas y safaris a cuenta del desahuciado.

Sí. Esto es España y así se la hemos contado.

Un perpetuo ciclo de Porsches Cayenne, dinero bajo el colchón, toros, fútbol, flamencos de Farruquitos, canis encumbradas, ingenieros destronados y jóvenes de futuro negro. Gente honrada exiliada y ladrones nacionalizados.

Mientras 39.999.999 habitantes miran. Observan. Hablan en las cafeterías. 
Proselitismo de iPhones y revoluciones de Starbucks con Wifi. Nadie es profeta en su tierra ni ciudadano de su ciudad. Tampoco español en España.
Sólo billetes, sobres y triquiñuelas. Atadas en pulseras de bandera patria y estómagos agradecidos.

Políticos que no hacen política, sindicatos que comen la carroña y estatuas que miran cómo, poco a poco, les comen la merienda.

Nunca ha estado más de moda el lema punk de principios de los ochenta. No, nunca ha estado más en boga: NO HAY FUTURO.

Por lo menos, así no.

jueves, junio 06, 2013

"Los Planes a veces no salen bien" (Fragmento de mi NOVELA "EN BLANCO")

Seguía lloviendo. La lluvia estaba arreciando en esa oscura noche. Seguir a la chica entre los paraguas se fue haciendo más y más complicado a medida que se acercaba a los callejones estrechos de su barrio.

En el barrio madrileño de Prosperidad las calles iban haciéndose más y más estrechas a medida que te alejabas de la calle de López de Hoyos. Eran colas saliendo de una serpiente de mayor tamaño.
Desde arriba se veía un mosaico de luces de coches, rótulos luminosos y las telas de colores de los paraguas. El viento esporádicamente movía las hojas de los árboles y entre los cláxones de los coches, gritos de sorpresa o el motor de alguna motocicleta, se podía escuchar el ulular del viento en los aleros de alguno de los tejados.

Servando observaba. El cabello largo de la chica se asomaba de vez en cuando entre las espaldas de los viandantes. Era una chica alta y muy guapa. Se parecía un poco a Romina. Sí, esos ojos grandes y esas largas piernas…pero Romina había muerto hace ya tres años cerca de Nicosia. Ella y su hijo no nato.

Sí, uno de los fallos del plan era que esa chica se parecía mucho a Romina. Y a él no le habían hecho lo mismo que a esos seres reciclados con los que estaban experimentando en un hospital escondido. Aún sentía. Aún tenía recuerdos del pasado. De su pasado. Podía soñar, amar, odiar, matar y crear.
Les maldijo por ello. Eran unos bastardos al exigirle lo mismo que a unas criaturas sin ningún tipo de pasión o sentimiento. Le habían pedido matar a Romina. Y no estaba seguro de poder hacerlo.

Caminando entre una nube de paraguas, empujando a la gente y parando por dos veces en un paso de peatones, la vio detenerse a hablar con una señora mayor. Aprovechó para mirar su teléfono móvil. Sí, joder, estaba nervioso. ¿Cómo no lo iba a estar? Era su primera misión y no podía fallar.
Las palabras amenazadoras de Vicar sonaron de nuevo en su cabeza. Sabía perfectamente que esa víbora cumpliría con lo que había dicho. Y sentiría mucho placer al hacerlo. Le conocía bien y por eso estaba asustado.

Cuando Isabella/Romina dejó de hablar con la señora, se dirigió a un edificio nuevo cercano a un parque aledaño a Príncipe de Vergara. Se paró a observar cómo metía la llave en la puerta del portal. Vivía en el ático.

Las instrucciones las había repasado una docena de veces. Sabía dónde escondía el dinero, el cajón de sus bragas, cuántas veces practicaba el sexo a la semana y en qué tiendas hacía la compra. Tallas de ropa, marcas favoritas, hábitos, música, vicios, defectos, virtudes, marcas de nacimiento, colores…
Incluso sabía que esa señora con la que había estado hablando era una antigua amiga de su madre. Una tal Virginia. Viuda. Tres hijos desempleados. Iba a misa de tarde todos los días a la parroquia de la calle Clara del Rey.
No podía haber imprevistos. Si la agencia quería que fuese invisible, debía de conocer todas las piezas del tablero y cómo interactuaban entre sí.

Cuando ella entró en el portal, se relajó. Mentalmente repasó todas las anotaciones que había ido confeccionando en su cerebro: ella iría ahora a su habitación. Antes de cambiarse de ropa, se prepararía un té Roibo con esencia de fresas, vería unos cinco o diez minutos las noticias en la televisión por cable. Luego se desvestiría y se daría un baño de sales de baño. Podía oler el dulzor picante de la espuma.

El ser humano es una de las especies más previsibles del planeta. No es que viva con la rutina, sino que vive de ella. Sonrió con una mueca extraña. Las gotas de lluvia seguían cayéndole por toda la cara como perlas de sudor frío.
El fuerte viento le despeinaba su descuidado cabello castaño y los mojados mechones de su flequillo se le pegaban a la frente y orejas.
Allí, de pie, en la acera de enfrente al edificio, observando, casi escrutando cómo se encendía la luz del piso más alto, tenía el aspecto de un animal. Un depredador tenso oliendo la sangre a través del espacio y del tiempo.
Una pareja que pasó a su lado le miró. Él les devolvió la mirada y comenzaron a caminar más deprisa bajo un paraguas rojo.
Volvía a estar varios años atrás. Estaba en el año dos mil tres. En una barrio del centro de la capital chipriota. Desde la puerta de su casa podía ver a un grupo de niños jugando con un balón de futbol. La risa de uno de ellos era particularmente aguda pero no molesta.
Sentado en su hamaca leía relajadamente un libro. No se acordaba del título. Algo de unos niños perdidos en una isla que juegan a rivalizar por el poder.
Se acordó que levantó la vista de las pastas y se fijó en aquellos chicos. Podrían haber salido del libro y haber cambiado aquella concha que emitía un sonido intimidante por un balón de cuero mal cosido. Sí, perfectamente.

Uno de ellos llevaba una camisa roja. Del color del paraguas que vería años después en una calle lluviosa de Madrid antes de cometer un asesinato.
Esa tarde Romina aún seguía con vida. No había cogido prestado su coche para ir a comprar, ni siquiera era consciente de que había que comprar. No, aún no.
Intentó recordar dónde estaba en ese preciso momento en el que leía distraídamente…”El Señor de las Moscas”. Sí. Ese era el título. La portada llegó a su cerebro, pero no conseguí recordar… ¿dónde estabas, Romina?
A ese momento le siguieron varios. Una llamada anónima. Confusión. Una carrera hasta una parada de taxis. La sala de urgencias de un hospital. El doctor de la calva brillante y la perilla canosa. Gente corriendo. Una bata con sangre.
Una iglesia sin gente. Un funeral solitario. Y, por fin, solo en su habitación.
No derramó ni una lágrima por ella. No podía llorar, joder. Tenía, debía de llorar por ella en señal de duelo…pero su alma se había quedado dormida. Una pesadilla que había dejado congelada su capacidad para sentir.
Nunca más volvería a llorar más. Esa parte de él había muerto con ella en un accidente de tráfico.
Sí, todo eso lo recordaba. Cada detalle. Colores, sabores, olores y sensaciones agarrotadas…pero no sabía dónde estaba Romina mientras él leía un libro de Goldwin.
-    Sé que estabas en casa de alguien. Una amiga. Tu madre o tu hermana. O quizás en clases de Pilates. También sé, que pasaste por delante de mí casi a la vez de acabar de leer. Me estaba quedando dormido y por eso fuiste sola. La última vez que te ví…casi te soñé, Romina – estaba hablando en voz alta a una calzada cada vez menos saturada de coches. Ya eran cerca de las once y media y la gente estaba viendo la televisión, dándose baños de espuma o acostando a sus hijos.

La luz del último piso se apagó.
Ahora llovía con más intensidad. Estaba calado hasta los mismísimos huesos, pero no le importó lo más mínimo. Tarde o temprano se podría secar. Lo que nunca podría limpiarse o secarse del alma era aquello que iba a pasar dentro de pocos minutos. Algo que pasaría muy rápido y que perduraría por muchos años dentro de su cabeza y en sus sueños más irreales y angustiosos. Sueños manchados de rojo, cabello y perlas rodando por un suelo de parquet.
El agua que había empapado su ropa nunca sería capaz de borrar las manchas de sangre y de culpa. Y miró al cielo esperando una señal. Algo que le confirmase que lo que haría con lo que tenía ahora entre sus manos alguna vez sería perdonado. Pero no vio nada excepto las gotas cayendo de una gran ducha natural investida de negrura.

Cuando consiguió por fin abrir la cerradura del portal, lloró. Después de muchos años, lloró. Por él, por Romina, por la muerte de su alma, por el miedo, por la muerte…pero sobre todo por el trago que sería pasar de nuevo por la muerte de un falso amor disfrazado de mujer.
Cruzó la puerta del amplio vestíbulo de mármol, maderas cromadas y falsos paneles de madera. Dentro, el mostrador donde se sentaba el antiguo conserje, estaba vacío. El cartel que estaba en la pared de atrás decía que buscaban una persona “discreta”, “con disponibilidad horaria” y “con ganas de trabajar”.
Servando pensó en que tendría que haber visto esa oferta antes. Y sonrió nerviosamente para sí. Cumplía con los requisitos requeridos con creces.

No había nadie más. Ni ninguna de las luces de los tres ascensores se encendió. Sólo silencio y el parpadeo de una de las bombillas adyacentes a la escalera. Se sacó un objeto metálico de la chaqueta tres cuartos y una especie de saco pequeño con un cordel. Todo estaba mojado y un charco de agua sucia se formó alrededor de sus zapatos.

Notaba sequedad en la boca mezclada con un sabor ligeramente dulzón. El sabor de los nervios se dijo. Le pasaba a menudo. Debía de tener el estómago machacado, pero en su caso, no tenía ni tiempo ni ganas de tener un diagnóstico exacto de ello. Le importaba una mierda todo. Incluido él.

Cuando las puertas de uno de los ascensores se abrieron, volvió a hacerse las preguntas. Todos los días esos interrogantes se enroscaban a su cuerpo atenazándole como boas constrictor asfixiando a un conejo aterrorizado.
¿Por qué se había metido en esto? ¿Cuándo empezó todo? ¿Sabría salir? ¿Podría? No sabía nada. Menos en esos momentos previos a…
Cerró los ojos. Miles de estrellitas bailaron dentro de sus párpados a la vez que subía y subía rumbo a un terreno extraño. A una zona desconocida para él. A algo que le cambiaría de dentro a fuera…
Las puertas se abrieron. El botón del panel electrónico estaba luciendo. La “A” de azotea. Y salió a la oscuridad del rellano.
Mientras se cerraban de nuevo las puertas del ascensor, un brillo de un metal se reflejó fugazmente en uno de los cuadros de las paredes.

La función iba a empezar.

miércoles, junio 05, 2013

GRECIA HA MUERTO

"Grecia ha muerto"

Artículo firmado por el economista griego Yanis Varoufakis:

Lo que hoy ocurre en Grecia es muy fácil de entender... es que la crisis ya pasó... y han entrado en un indefinible estado de agonía, a medio camino entre la guerra civil y la postguerra.

El documento de rendición se llama MEMORANDUM.

Allá por febrero de 2012, los parlamentarios griegos pusieron su firma en lo que no es más que una condena a muerte de todo un país.;Memorando de Entendimiento; (MOU en sus siglas en inglés), es la entrega sin condiciones de la soberanía de Grecia en manos de bancos y empresas extranjeras. Páginas y páginas en las que se diseña el paulatino y sistemático desmantelamiento del estado, la usurpación de sus recursos naturales, de sus industria, de lo más necesario para la supervivencia de los ciudadanos...

El edicto impone normas estrictas para todo, desde la reducción de gastos en medicamentos de vital necesidad a las limitaciones impuestas a los minoristas en la venta de productos de categorías restringidas, como alimentos para bebés;En otro apartado exige un progresivo recorte del sueldo de los funcionarios y demás trabajadores del gobierno, descapitalización de los fondos de la seguridad social y pensiones, privatizaciones de activos de propiedad pública, y una consecuente reducción del PIB. Algunos de sus párrafos dicen así:
El gobierno está comprometido a sacar a la venta las participaciones que aún mantiene en empresas propiedad del Estado, si es necesario, para alcanzar el objetivo de la privatización total. El control público será puramente testimonial y limitado solo a casos críticos...
El gobierno no propondrá ni implementará medidas que infrinjan en modo alguno las normas del libre movimiento de capitales.

;El gobierno griego debe revocar el derecho a huelga y a la negociación colectiva, derogar la legislación sobre el salario mínimo que socava la competitividad de los costes; (ya se ha aplicado en cuatro ocasiones la ley marcial)

El gobierno establecerá un mecanismo especial para revisar el tratamiento de determinados contenciosos judiciales (evasión de capitales), mecanismo que ha de incluir incluso la posibilidad de eliminar de los archivos judiciales ciertos casos en espera de ser juzgados. Atenas permanece oculta bajo una espesa capa de humo, parte de ese humo proviene de las estufas de quienes ya no pueden pagar la factura de la luz, de quienes han arrasado los bosques que rodean la ciudad para conseguir madera gratis y no morir de frío durante este invierno... otra parte de ese humo procede de los edificios en llamas, edificios que ya no arden por ser atacados con cócteles molotov, sino con explosivos caseros.

En la Plaza de Exarchia, en el mismo centro de la capital, ya no existe nada que pueda recordar al lugar que fue en su día. El pequeño comercio ha desaparecido, traficantes de todo tipo se entremezclan con grupos de jóvenes ansiosos por dar con el responsable de su rabia y de su frustración, la mafia albanesa de la heroína se ha establecido definitivamente y campa a sus anchas, bandas de chiquillos la emprenden a golpes con todo aquél que tenga aspecto de inmigrante...

No muy lejos de la plaza, cientos de bolsas azules llenas de fruta son repartidas por miembros de "Amanecer Dorado" entre los paseantes (previa inscripción voluntaria en el partido)... ya ni siquiera se dejan ver por el barrio los lujosos descapotables cargados de chicos, chicas, y bolsos de Louis Vuitton, hijos de familias acomodadas ansiosos por "saborear la revolución"... la violencia ya dejó de ser contenida, casi al mismo tiempo que la miseria. Pintadas desmañadas cubren cada pared, muchas de ellas reivindican ataques a edificios públicos, otras prometen venganza por la muerte de Lambros Funtas, miembro del grupo armado "Lucha Revolucionaria"... un muro empapelado con carteles recordando la muerte de un quinceañero llamado Alexis Grigoropulos... más nombres... todos muertos a tiros durante enfrentamientos con la policía.
No solo Atenas ya no es Atenas... nada es como era en Grecia... todo se refleja en un espejo imperfecto que ya nadie llama crisis... todo se ha deformado hasta lo irreconocible. Coches negros con los cristales tintados llegan de cuando en cuando a las barriadas de inmigrantes para atropellarlos, incluso ante la complaciente mirada de la policía...

Las posibilidades de encontrar trabajo ya no son distintas entre jóvenes y adultos, todas se reducen a empleos por horas, a esporádicas reparaciones a domicilio, a cobrar en especias... a ganar cinco euros al día por ayudar en un taller o en una panadería, a conseguir algo de pan o chatarra que vender para pagar la gasolina del generador eléctrico... comprar champú, mantequilla, pilas para la radio... y poder escuchar las palabras de Yannis Stournaras (Ministro de economía Griego)
Si abandonamos la austeridad no recibiremos el siguiente tramo del préstamo. Hemos establecido objetivos que tenemos que cumplir. Si no, perderemos la confianza que hemos empezado a reconstruir"

Los griegos se preguntan cuando comenzó esta guerra que no han visto empezar, esta guerra sin trincheras, sin banderas y sin cartelones llamando a filas... esta guerra sin bombas, pero con tanta miseria como la que más... esta guerra sin noticias del frente.

Amnistía Internacional ha denunciado ante la Comisión de Derechos y Justicia de la UE en Bruselas el hecho de que se esté deteniendo a personas sin la asistencia de un abogado, que se las incomunique y se las torture... son de ver los groseros retoques de la fotografías tomadas a los detenidos para ocultar las señales de sus rostros.
Patrullas compuestas de policías y miembros de "Amanecer Dorado" patrullan las calles y dan caza a todo aquél con aspecto de ser inmigrante.

Ya son más que habituales los multitudinarios saqueos de los supermercados, ya nadie se extraña de la complicidad de los mismos empleados que facilitan a los asaltantes el acceso a la comida y artículos de primera necesidad. Son varios los asaltos a sucursales bancarias en los que los atracadores han repartido el dinero entre los viandantes.

Cientos de pequeños empresarios agrícolas se niegan a cumplir la orden del gobierno de destruir sus productos y deciden distribuirlos gratuitamente por colegios y hospitales.

Casi un centenar de activistas armados con cócteles molotov atacaron una mina de oro y cobre situada al norte del país, una mina cuya explotación se ha cedido a una empresa canadiense... una mina de la que se esperan extraer más de 12.000 millones de euros solo en oro... una empresa que paga a al estado griego apenas 11 millones... una mina que está causando efectos desastrosos en la agricultura y la pesca de toda la zona.

La mitad de los griegos viven ya bajo lo que se considera índice de pobreza. El 9,5% de paro de antes del "rescate" se ha transformado en un 28%... hoy sólo uno de cada siete parados recibe algún tipo de subsidio... subsidios que oscilan entre un mínimo de 180 euros y un máximo de 468 euros... por un periodo nunca mayor de 12 meses. Los más afortunados... los pensionistas y los que aún conservan su trabajo, se han visto obligados a aceptar un recorte del 50% de sus ingresos... a renunciar a su derecho de estar asegurados.

En Grecia ya no existe ningún tipo de deducción fiscal para familias numerosas, en paro, o con miembros discapacitados... por el contrario, se han creado nuevos impuestos sobre la vivienda y las rentas del trabajo... las exenciones fiscales a las grandes multinacionales alcanzan en algunos casos el 60%... la carga impositiva sobre pequeñas y medianas empresas se ha incrementado en un 420%... y con ese dinero se rellena esos agujeros negros llamados "recapitalización bancaria" o "pago de la deuda"

El consumo de gasóleo para calefacción ha caído en más de un 75%... y aún así su precio se multiplicado por tres desde 2009. A pesar del frío intenso de este invierno, a pesar de que incluso la Corte Suprema ha declarado inconstitucional el corte de luz por impago, el gobierno ha cedido a las presiones de las grandes compañías energéticas y casi un tercio de los hogares no reciben suministro eléctrico desde hace meses.

El presupuesto sanitario ha quedado reducido a al mitad... el copago de las medicinas se ha doblado... una gran mayoría de los griegos ya no pueden pagar sus medicamentos... Los diabéticos no pueden costearse la insulina, el uso de antidepresivos y otros fármacos para prevenir el suicidio, están fuera del menú, las tasas de tuberculosis y VIH son altísimas. El Centro de Control de Enfermedades de la UE ha emitido un informe que avisa contra el más que probable rebrote de todo tipo de infecciones y enfermedades contagiosas... la asociación de médicos advierte del espectacular incremento de casos en los que bebés son llevados a los hospitales con graves problemas estomacales dado que los padres no pueden pagar los adecuados a su edad. A los hospitales ya llegan los que desesperados, tras muchos meses de exclusión social, presentan cuadros solo vistos en antiguos libros de medicina... un hombre con el 90% de su cuerpo corroído por la sarna... una mujer con un tumor de pecho del tamaño de una naranja, tan grande que ya asoma por la herida que se limpia con servilletas de bar... médicos y enfermeras que salen del dispensario para que el paciente no les vea llorar...
Grecia debe salir, rápida y temporalmente del Euro, y aún a riesgo de la definitiva destrucción de su economía, su moneda habrá de ser devaluada en un 20/30%. La situación actual ha llegado a un punto tal de degradación que podría ser considerada como tragedia humanitaria, y por tanto, deberíamos empezar a barajar la hipótesis de pedir la intervención de la ONU.

Estas son las recomendaciones de un reciente informe presentado con urgencia ante el Consejo de Europa, el BCE, y la Oficina de Preupuestos y Hacienda de la UE. Está firmado por los más influyentes economistas de Alemania, entre ellos Hans Werner Sinn (asesor personal de Merkel).

Probablemente seguiremos escuchando palabras como "rescate" "ayuda" o "recuperación" durante mucho más tiempo... las palabras "genocidio", "catástrofe humanitaria", o "crímenes contra la humanidad" todavía tardarán en llegar... si es que llegan.

Alguna razón habrá para que ya nadie hable de Grecia... será por ocultarnos ese futuro que nos viene... será por no alterar esa falsa esperanza de que todo este infierno será para bien... o tal vez, sencillamente... porque Grecia no ha soportado tanta ayuda... porque Grecia ha muerto aplastada por el rescate... o quizá porque, bajo el silencio radio y tras la gran cortina de ruido, Grecia ya no existe... y comienzan a surgir otras nuevas.

“La economía griega está acabada. La economía griega está en una tremenda depresión… No hay potencia, no hay fuerza dentro de la economía griega, ni hay fuerza dentro de la sociedad griega para evitarlo… Imagínense si estuviésemos en Ohio en el 1931 y preguntásemos: ¿Qué puede hacer la casta política de Ohio para conseguir sacar a Ohio de la Gran Depresión? Y la respuesta es nada
Yanis Varoufakis, economista griego.
Más información en el blog de Yanis Varoufakis:

http://yanisvaroufakis.eu/2013/03/04/on-the-social-conditions-in-greece-now/#more-3450

Entrada destacada

“Palo y zanahoria” VS. “Sobreprotección infantil”

Volvamos unos cuantos años atrás viajando por el tiempo. Justo a la época en la que estás jugando con tus compañeros de quinto de Educaci...