martes, abril 30, 2013

Los Impuestos en España: Escapatorias Fiscales y CURVA DE LAFFER

El sistema impositivo español es demasiado “peculiar”.

En España tenemos algunos de los tipos impositivos más elevados de la Unión Europea con una de las recaudaciones reales más bajas.

¿Cómo es ésto posible? Básicamente porque el sistema fiscal español tiene una gran cantidad de escapatorias fiscales que se ofrecen a determinados colectivos, ya sean particulares o empresas. Y es tan elevada, que acaba penalizando extraordinariamente la recaudación real.

Si hablamos del IRPF, el tipo máximo que el Gobierno aplica sobre las nóminas de los españoles es del 52% (56% en Cataluña, teniendo en cuenta el tramo autonómico). Es uno de los más altos de toda la UE.Algo similar ocurre con el Impuesto de Sociedades. A simple vista, el marco fiscal corporativo español es de los más exigentes de Europa con un tipo impositivo legal del 30%, en la banda alta del estándar europeo, donde el tipo medio es del 23,5%, del 26,5% en los países del euro.

Una situación que también se hace evidente en el IVA. Las dos últimas subidas han elevado el tipo del impuesto del 16% al 21% y han colocado la tributación indirecta española en línea con la media europea.
Luego están las escapatorias fiscales, que permiten ahorrarse un buen puñado de impuestos por hacer I+D+i, reinvertir los beneficios obtenidos, contribuir en acontecimiento de especial interés público (celebración de acontecimiento deportivos, capitalidades culturales) u otras situaciones, que restan anualmente unos 3.000 millones de euros a la recaudación del Estado y que sitúan el tipo real del impuesto en el entorno del 17%. Hay un extenso inventario de deducciones existentes en el impuesto, tanto a nivel estatal como autonómico, por aportación a planes de pensiones, por compra o alquiler de vivienda, por hacer obras en casa, por los premios de lotería, que, este año 2013, restarán más de 16.000 millones de recaudación.

Escapatorias legales aparte, existe otro factor determinante en una Economía en los que hay una presión fiscal de perfil alto: el COSTE DE OPORTUNIDAD de defraudar. Es decir: qué ganancia obtengo arriesgándome a no pagar impuestos. Esta explicación la podemos ver a través del estudio realizado por un economista, Laffer:
Al representar los ingresos fiscales en relación con el tipo impositivo. Si el tipo impositivo es cero, los ingresos fiscales serán también nulos. Si por el contrario los tipos impositivos son del 100% los ingresos fiscales también se anularán, nadie ofrecería ni demandaría el bien en cuestión. Según Laffer, entre estos dos puntos extremos, los ingresos en función del tipo primero aumentarán para a continuación disminuir hasta llegar a cero.


La curva de Laffer muestra que el incremento de los tipos impositivos no siempre conlleva un aumento de la recaudación fiscal. La característica más importante de esta curva reside en que indica que cuando el tipo impositivo es suficiente alto, si se sube aún más, los ingresos recaudados pueden terminar disminuyendo. La disminución de la oferta del bien reduce hasta tal punto los ingresos fiscales que la subida del tipo impositivo no compensa la disminución de la oferta. Este fenómeno se denomina EFECTO LAFFER.

Empíricamente se puede ver que los impuestos eran altos disuaden de trabajar a muchos ciudadanos (o de pagar impuestos) y que una reducción de los tipos impositivos daría a los individuos incentivos suficientes para trabajar (y pagar, lo que consideraría asumible), lo que provocaría la mejora del bienestar económico y quizás incluso de los ingresos fiscales.

En mi opinión, la Economía española se encuentra en el tramo decreciente de la curva, por lo que si siguen aumentando la presión fiscal (eliminando deducciones en el IRPF y Sociedades o/y aumentando los tipos del IVA), conllevaría a una aún menor RECAUDACIÓN FISCAL. El coste de oportunidad de defraudar se acercaría a su punto marginal.

lunes, abril 29, 2013

La otra Crisis: la CRISIS DE VALORES


¿Quién no ha oído hablar de la Crisis?
 
De los efectos devastadores de una "prima de riesgo" que no es prima, ni cuñada ni tan siquiera familia (a pesar de su familiaridad en las noticias). 
Del termómetro de un país a través de su respectiva Bolsa, que subiendo o bajando parece que nos cambia la rutina del día a día. 
Se nos bombardea constantemente con noticias cargadas de miedo. De amenazas, de malos augurios, de futuros inciertos y decadentes... 
También leemos con asombro en reiteradas ocasiones algo repetido hasta la saciedad. Una especie de maligno mantra o un dogma de fe indiscutible: todo lo que nos está pasando es por nuestra culpa. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. 

Y como en la fábula de la Cigarra y de la Hormiga, se nos castiga con el invierno de una economía fría e inhumana. Un mecanismo atroz que siega vidas y amputa futuras esperanzas. 
Sí. Eso es lo que se nos repite una, dos, tres,....miles de veces para que de la misma forma que un niño aprende una poesía, nosotros interioricemos nuestra incomprensible culpabilidad. 

Pero ni tú ni yo hemos tenido toda la culpa. Y digo toda, porque parte de lo que está sucediendo lo podíamos haber evitado entre todos. 
¿Cómo? No callándonos. Señalando con el dedo a los culpables. Protestando. Saliendo de la comodidad del hogar a la calle...en definitiva: no habiendo sido testigos por omisión o comportándonos con justificada autocomplacencia. 

¿Por qué nos hemos comportado así? ¿Por qué no hicimos nada? 
La respuesta a estos dos interrogantes así como del origen de la Crisis (económica) deriva de otra Crisis mayor. Una Crisis infravalorada, obviada y tapada: la Crisis de Valores que estamos viviendo hoy en día. 
Tenemos un vacío de liderazgo, de personas que nos sirvan de ejemplo, que sean auténticos guías del camino de la honradez o la humanidad. No existen o no les conocemos. 
No hay Ghandis, Teresas de Calcuta, Kennedys... Desaparecieron con sus ideas sufriendo la erosión del capitalismo y del "libre" mercado. 

Hoy en día tenemos toneladas de mediocridad mezcladas con quintales de pillaje, corrupción e ineptitud mezquina. Estamos en la época de las palabras huecas, desprovistas de contenido e investidas de legitimidad financiera o de mayorías absolutas: todo es así porque el dios dinero lo manda. Es inevitable, ineludible e irresistible (como se decía en una serie de ciencia ficción de hace unos años: cualquier resistencia es fútil). 
Hemos pasado de los líderes a los títeres. Unas marionetas movidas por los hilos del dinero y del poder a la sombra. 

A la ineptitud y a la desidia se le suma con excesiva facilidad, la corrupción. El dinero fácil cueste lo que cueste y a quien cueste. Porque en la sociedad actual no está mal visto el robo, al contrario. Estamos en la cultura del "todo vale" y no existe el castigo para el rico. 
La corrupción lleva sus tentáculos, a continuación, a las esferas de la Justicia, haciendo que sea implacable con el honrado y ciega con el poderoso. 

Y una sociedad carente de Valores, de modelos, de ética y de castigo...nos lleva a un juego donde las cartas de la baraja están marcadas y las trampas se multiplican por doquier. 

No hay árbitros que premien o castiguen. No hay Trofeos más que los que cada uno pueda coger para sí, legal o ilegalmente. 
No hay Sociedad porque el individuo siempre está por delante. La minoría sobre la mayoría. El poderoso sobre el honrado....el "todo vale" sobre el "yo debo". 

...y ésta es la Sociedad a la que hemos llegado. Un grupo artificial y artificioso de personas a las que llamamos "país", "comunidad" o "pueblo" unidas entre sí por el chicle mascado de la picaresca y la idiosincrasia del pelotazo a toda costa.

jueves, abril 11, 2013

MONÓLOGO: "LA CAMPAÑA DE RENTA"

No, no son las rebajas. Tampoco la Final de la Liga de Campeones. Ni siquiera hay un incendio o cualquier otro tipo de desastre natural. Toda esa gente que entra a presión en las delegaciones de Hacienda forman parte de la Campaña de la Renta.

Porque, ¿qué sería de los meses de abril, mayo y junio sin las tradicionales aglomeraciones y largas colas en Hacienda? Cuenta la leyenda que hay gente que se pasa las vacaciones esperando el  turno.

-Manolo, ¿adónde has ido de vacaciones? ¿A la playa o a la montaña?
-Al Borrador – contesta ufano. Antes ir a Benidorm, o pasear por el puente de San Carlos en Praga, daba caché. Ahora lo que se lleva es irte de veraneo a la Administración del Puente de Vallecas con el hornillo o camping gas y la fiambrera. Es más, hay gente que planifica los días dependiendo de si va dar sombra en la cola o si dan lluvia.

El que haya estado alguna vez en una Campaña de la Renta, siempre podrá contar a sus nietos las correrías diurnas, los peligros que se han corrido o incluso la irrepetible experiencia previa a los segundos en que el funcionario de turno te condiciona la vida con dos palabras.

Sólo hacen falta dos palabras. Ni tres, ni dos, ni diez, ni cuando pi tiende a infinito: “A pagar” o “A devolver”. En ese lapso de tiempo en el que el funcionario termina de meter el último dato en el ordenador , levanta la vista, enciende una cerilla con la barba de tres días y te mira…vas viendo desfilar imágenes de tu vida. Es como una película china de Kung-fú pero sin chinos.
La respuesta tipo a cada una de las situaciones siempre está tasada.

RESPUESTA UNO:  “-Le sale a pagar X euros – No puede ser, el año pasado me devolvieron y además, mi cuñado dice que….”(omite que el cuñado estaba ciego de Don Simón cuando se lo dijo y su camisa estaba llena de lamparones de ron añejo)

RESPUESTA DOS: “-La sale a pagar X al cubo euros” – alfufnwefjc (o cualquier respuesta ininteligible referente a la madre o al padre del interlocutor afectado). También según en qué derive la conversación, puede mentar a Urdangarín, a Rajoy, Zapatero, al Chotacabras o a la prima del riesgo. Hay casos excepcionales en que le recuerda al funcionario “que le paga él” o acuden al manido tópico del café, los desayunos y el periódico.

RESPUESTA TRES: “- Le sale a devolver un poquito”. Volvemos al cuñado. Por lo visto el hermano de su mujer es un lince haciendo cálculos a ojo cuando le acercas alcohol de quemar. Algo parecido a los Gremlims cuando les echas agua. Otro recurso es el ya famoso “pues me dijeron en el Banco que…”. Sí, el que está en la ventanilla del banco es como el cuñado pero en versión sobrio. Lo cual es peor.

RESPUESTA CUATRO: también llamada “la de la cara de póker” o la de “el desconfiao”. Aquí, al señor se le dice que le salen a devolver muchas perras. Mira alrededor aturdido, se mira las manos, levanta el hocico para ver si se huele el peligro, si se masca la tragedia…y con prontitud felina responde: “Si, ya me lo habían dicho. Lo sabía”, mientras piensa “Tós tontos, san equivocao, pero no diré nada. Que para eso soy español y tengo un póster de Bárcenas en la habitación recortado del Superpop”.

Con tanta gente, es muy probable que se den mil y una situaciones inverosímiles en el mundo real que discurre fuera de ese trimestre loco.
Tenemos varios tipos de personajes:

-“El abuelo cebolleta” (también llamado Soñodor): es el principal encargado de marear al pobre funcionario pica-asientos. No amigos, el Gobierno no puede ponérselo fácil al funcionario, que para eso tienen el lujo de beber café, leer el periódico y contar con un sueldo menguante por mangantes de guante blanco y sobre negro. No. El trabajo del Ministerio de Hacienda pasa por fichar a un montón de señores que hayan combatido en la Guerra Civil, en la División Azul o incluso en la Batalla de Lepanto. Se les da un saco de monedas, cual Judas Iscariote, y mientras se echan unos vasos en la máquina de café de las delegaciones de toda España, se les alienta a que se sienten con “ese señor del trasto con pantalla”. Y “et voilá”!! EL TRUCO: hay que dejarles hablar mientras, el paciente funcionario coloca un muñeco con peluca y muelle en el cuello, que asienta cada dos minutos.

-“El amargao o amargá” (también denominado “Pocofollo o Malfollá”): son del tipo de contribuyentes de Guerrilla Urbana. Igual les puedes ver lanzando cócteles molotov en Afganistán como increpando a funcionarios. Son de perfil de RESPUESTA DOS. Se caracterizan por mentar a tu madre, por recordar quién te paga y por repetir mucho las palabras “ladrones” y “vagos”. Alguno incluso hace apología de “tiempos mejores”…siendo “franco”. Es independiente del sentido de la declaración: si le sale a pagar, te insulta con esmero…y si le sale a devolver, se caga en tus muertos con afán. EL TRUCO: poner una bandera de la República como fondo de escritorio para aturdirles o enseñarles la decreciente nómina “que nos paga”.

-“El atontao y el enterao” (o “Dúo Casaputas”). Van de dos en dos como las cajas de plastilina de los chinos. Uno de ellos, se hace el sueco sin serlo y el otro va de listo y no acabó Primero de La Cometa Blanca. El funcionario aprendió a convivir en simbiosis con ambos especímenes, consistiendo SU TRUCO en generar polémica entre ambos. Mientras dialogan de cualquier cosa menos de para lo que han venido, el hábil funcionario de culo pelado y orgullo herido, acaba la confección de la Renta y huye por el pasillo de atrás.
…y  hay más muchos más. Tantos como sobres tienen en la Calle Génova o comisiones por EREs cobradas en Ferraz. No terminaríamos jamás.

Por último, hablar de las leyendas que nacieron en las primeras Campañas de Renta:

-Adán y Eva fueron los primeros que hicieron la declaración conjunta, pero como les salía peor declarar lo que ganaba su hijo Abel, le encomendaron a Caín que les “planificase” la declaración. Por lo tanto, el primer asesor fiscal fue Caín. De ahí la fama de “cainitas” de los abogados.

-Noé, no había caído en la cuenta de que las únicas deducciones eran por “hijos”. Mayormente humanos. Así que ignorando las enseñanzas de las Tablas de la Ley (General Tributaria) empezó a meter animales en un Arca (de ahí los de Arca Pública). Y fue la única persona que consiguió desgravarse por animal a cargo…si descontamos lo que años después haría Isabel Pantoja, claro.
-La deducción por edad ya empezó a verse con cierto recelo en los tiempos de Matusalén. Este señor ostenta el record de dinero devuelto por año trabajado. Así que bajó la cantidad desgravable por su causa.

- Por último, Salomón, con su maravillosa idea de partir por la mitad a un hijo, forzó al ministro de Hacienda de aquella época (Montoro ya estaba allí,claro) a que no fuesen deducibles los hijos por fracciones, sino por mitades y a ambos progenitores. Hasta entonces, los hijos se podían deducir “por cuarto y mitad” o “por filetes adobados”.

La campaña de Renta, como habéis visto, da mucho que hablar y se aprenden cosas. Pero sólo hay dos palabras, recordad con las que hay que quedarse. Ni tres, ni cuatro, ni una…sino dos: “A pagar” o “A devolver”.
JAVIER ADDALI
11 DE ABRIL DE 2013

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