martes, febrero 03, 2015

MONÓLOGO: "YO FUI COMPAÑERO DE PISO DE PAULO COELHO EN ALGETE"

Efectivamente, como lo leéis. Durante dos largos años conviví con el ahora famoso escritor en un piso de Algete.

Es paradójico que en USA, la mayor parte de las empresas de éxito comiencen en un garaje y aquí en España todo comience en poblaciones de los extrarradios.  Por ejemplo: Miguel de Cervantes era de Alcalá y una gran parte de melones de este país son de Villaconejos. Amén de Encarna Sánchez que vivía en Móstoles.

La convivencia al principio era más o menos fluida. Yo estudiaba en la Universidad y él no sé muy bien qué hacía en España pero siempre llegaba muy de madrugada.

-La noche me confunde, mi amol. ¿Me has entendido?
-Alto y claro...como un noruego de dos cero cinco.

Hay que decir que Paulho siempre habló perfectamente el portugués. Tanto, que le hicieron brasileño de nacimiento y todo. Y no de cualquier sitio, sino de Río de Janeiro, el pueblo de Jesulín de Ubrique. Ahora Río es famoso por los Carnavales pero antes, de allí era genuino el arte del toreo. Poco se conserva de esa tradición en Río, salvo alguna corrida.

Como iba diciendo, todo iba bien al principio. Pero eso fue antes del fatal accidente que le hizo hablar desde entonces como una mezcla de Clippo el Asistente de Office y el Maestro Yoda.

Un día desayunando me percaté de que la conversación no estaba siendo normal. Es más, algo no encajaba:

-Buenos días, Paulho, he preparado café.
-“Que el fuego del amor crezca en nuestros corazones. Que el fuego de la justicia guíe nuestros pasos. Que el fuego de la sabiduría ilumine nuestro camino”- me soltó de sopetón. Tardé tiempo en darme cuenta de que no tenía puesta Radio María, la verdad.
-No te he entendido bien, tío. Yo tomaré una tila para calmarme.
-“La calma absoluta no es la ley del Océano. Lo mismo ocurre en el Océano de la vida”.
-Me tomaré esa puta tila y punto!!!

Y es que desde ese mismo día dejé de convivir con un ser humano para vivir con una máquina de escupir frases. Me río yo del SIRI de mi iPhone!! Allá por el año 1983 se puede decir que fui el primer homínido en descubrir lo más parecido a la inteligencia artificial. Y recalco lo de “artificial”.

El fatal accidente que afectó a Paulho vino un día entre semana en forma de regalo por correo. Antes de desenvolverlo supe de qué se trataba (un trasto infernal para mentes retorcidas y un poco cabronas): era un bombo para jugar al Bingo. Dentro de ese bombo, Paulho metía trocitos de papel con palabras escritas como “altramuz”, “avutarda”, “Felicidad”, “Destino”,  “paloma” o “corazones”, luego giraba el artefacto (ríete tú de los Niños de San Ildefonso, joder) y con las palabras que extraía confeccionaba sus famosas frases.

El día que sacó las palabras “polla”, “comida” y “lácteos” fue memorable. Si le unes a eso, que el brasileño de adopción, las empleó en una discoteca de moda, el éxito estuvo asegurado: acabamos los dos en un contenedor propulsados por un intelectual portero de discoteca.

Los caminos de Paulho y el mío se fueron separando: uno se convirtió en un famoso escritor de libros de autoayuda y el otro trabaja hasta los días de hoy en una imprenta de frases para Galletas Chinas de la Suerte. El escritor soy yo, obviamente: me conoceréis por libros como el “Manual del Frigorífico Samsung L500” o mis obras más clásicas como “Funciones de tu Calculadora CASIO” o “Cómo encender la videoconsola ATARI”. 

Los artistas siempre hemos estado infravalorados. En cambio, la fábrica de Galletas Chinas de Paulho fue a mejor y ahora es un tío millonario. Y, a pesar de su actual reconocimiento (le han dado el “Nobel al Mejor Fabricante de Frases de Galletas” y el “Guinness a la persona que más usa la palabra Sueños” seguido muy de cerca por Paquirrín), nos seguimos llamando por teléfono. A día de hoy me cuesta distinguirle de la voz del Asistente para Invidentes del móvil, pero seguimos teniendo charlas muy largas:
-Cómo ha pasado el tiempo, Paulho, socio…

-“Debemos escuchar al niño que fuimos y que existe dentro de nosotros”.
-Ya te digo. Yo le oigo a todas horas, tanto que me encantaría volver a la lactancia, ya me entiendes. Lo que daría por chupar unas buenas tet…
-“Lucha por tus sueños, o los demás te impondrán los suyos”.
-Ya tardabas en usar la palabra “sueño”, jodío. La cosa con Paquirrín desde que no toma “cafeses” está jodía, ¿no? Pero seguro que vas  a ganar, campeón.
-“El éxito viene del reconocimiento ajeno, el resto del amor”.
- Ya, y del pastizal que tienes en la Caja de Ahorros. De ahí también proviene el éxito. Un poco sí, confiesaaaa….
-“Lo que ahoga no es caerse al río, es mantenerse sumergido en él”.
- Sigues siendo un hacha cuando quieres cambiar de tema. Algún día me tienes que contar cómo funciona ese bombo, socio, porque lo he intentado con los porros y lo único que conseguí redactar fue el Calendario Zaragozano y un par de frases del discurso de Cospedal…

…y siempre que sacaba el tema de que el mago de las palabras me contara su famoso truco de juntarlas fuera del Bombo del Bingo, me colgaba.
Lo que no sabe Paulho, es que mi nueva obra será un éxito con posibilidades de adaptarse a una película. Una especie de biopic a lo Steve Jobs pero de bajo presupuesto: “El Manual del Bombo del Bingo que odiaba a los habitantes del Piso de Algete”.
Ya os iré contando…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

“Palo y zanahoria” VS. “Sobreprotección infantil”

Volvamos unos cuantos años atrás viajando por el tiempo. Justo a la época en la que estás jugando con tus compañeros de quinto de Educaci...