Ha pasado más de una semana del un movimiento ciudadano. Democracia Real Ya. De un modelo de protesta. De una serie de actos de rechazo a un sistema social plagado de errores, injusticias y abominaciones, tanto en el marco de lo social como de lo económico-financiero.
El sentido o la raiz de la protesta es heterogéneo: denunciar las injusticias permanentes y sostenidas por los representantes del pueblo. Unos representantes que se deben a nosotros. Que sin nosotros no serían NADA.
Este movimiento nació de forma visceral. Desde lo que sentimos. La energía en forma de esperanza, ilusión, rabia, cólera e incluso indignación se ha manifestado de forma espontánea,y nos ha unido.
Al contrario que muchas de las revoluciones culturales o sociales de la Historia del Mundo, se ha construido desde la indignación, desde los sentimientos, no desde la reflexión pausada.
En mi humilde opinión, ha empezado al revés.
Primero debería de haberse canalizado la información con el resto de conciudadanos, proponiendo, debatiendo o discutiendo...no haber empezado por el “convocando” (que es el quid de la cuestión, la clave, el final).
Cuando se congrega, hace un llamamiento o se convoca a un grupo (en esta caso, ENORME), lo primero que hay que tener MUY CLARO son los objetivos, y a partir de una estrategia o plan global, ir a la táctica.
Como he dicho, se ha empezado al revés.
La gente ha compartido su descontento, sus frustraciones y su indignación (con toda la razón!!) con un sistema injusto. Ese ha sido el nexo.
El peligro de este movimiento ciudadano, como he dicho, creado desde la emoción, estará cuando se concreten las pautas detalladas a seguir. Mucha gente no se sentirá identificada con ellas.
Ese nexo, ese pegamento que nos unió a lo largo de estos días, corre el peligro de dejar de tener la propiedad de unir...y es muy peligroso. Sólo hay una cosa más dolorosa que la indignación: la decepción.
Una sociedad decepcionada se convierte en una sociedad débil, indolente y dócil. Justo el efecto contrario que inicialmente se ha buscado entre todos.
Por eso hago una observación. Ya he dicho, y no hace falta que lo repita más: desde mi percepción personal y quizás errónea.
Antes de llevar a cabo una iniciativa GRANDE, es necesario tener un objetivo definido. A continuación, publicitarlo, demostrar que es posible, que no es utópico...discutirlo, perfilarlo (las redes sociales son las mejores herramientas para ello, con el tema de las Comisiones en las plazas, discrepo...la limitación física de aforo es inapropiada para llevar a cabo un “referendum global”)...y por último llevar a cabo la convocatoria de los conciudadanos.
Y sobre todo, hay que evitar las autoproclamaciones de la gente. Nadie está legitimado para representar a nadie. Si se está en desacuerdo con el SISTEMA ELECTORAL por ser injusto...¿no es más injusto asumir una representación que no nos ha sido otorgada por nadie? Eso nos aleja de la Democracia aún más y nos lleva a la palabra DECEPCIÓN de los conciudadanos...
El motivo es noble. Pero no a cualquier precio. Es necesario luchar por cambiar el sistema DESDE DENTRO. Un gobierno o un partido puede ser derrotado en 4, 8 o 12 años...un SISTEMA tarda en cambiarse décadas o incluso siglos. Si queremos cambiar las cosas de verdad, sin utopías, debe de ser siempre desde dentro.
La calle ya la hemos tomado...ahora hay que entrar en el Sistema.
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