Música de Barry White. Siempre estuvo ahí cantando.
El perfume de ella
unido a los acordes de esa voz profunda. La banda sonora de unas vidas, la
señal indeleble de una marca de fuego directa al alma...
Siempre hay una
primera vez.
El suave tacto de
una hoja de papel tibia. El martilleante cosquilleo de miles de hormigas en
todo su cuerpo. Pero era algo más.
Vanas palabras.
Tristes sílabas. Monótonas letras.
Ideas impresas en
lenguaje para formar más ideas.
Estremecimiento indescriptible, placeres y emociones de unos jirones de vida unidos
entre sí de puzzles infinitos de piezas incontables.
Siempre hay
docenas de velas encendidas en el balcón esperando el momento de ser apagadas.
Siempre hay docenas de rosas a punto de secarse. Centenares de segundos a punto
de extinguirse.
En el instante en el que miras hacia
arriba, ves la noche, sientes el viento, aspiras el incienso y sueñas
con que estás vivo. Que esa vida tejida de momentos, son tu única ropa contra
la desnudez de la soledad.
...y el tiempo se escurre con facilidad de
entre tus dedos. Dedos que se aferran, que oprimen para tener el. Para
conservar la.
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