Una “revolución” que
tiene lugar desde hace más de dos años ha sido convenientemente silenciada por
los medios de comunicación. Silenciada convenientemente de forma muy sospechosa
por las implicaciones socio-políticas que podría tener.
Ha ocurrido en la mismísima Europa (en el sentido geopolítico),
en un país con la democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos
orígenes se remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de
la ONU del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se
trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene o teníamos ni idea.
Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al completo,
se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que
estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política
financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su
constitución. Y todo ello de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y
certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder
político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por qué no
se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado frívolamente y
de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo?
La historia comienza como tantas otras que hemos oído contar
últimamente: En octubre del 2009 a Islandia le
pasó como a muchos otros países que sucumbieron a la crisis; el déficit alcanzó
el 76%, los tres principales bancos entraron en bancarrota y el país se fue
literalmente a la ruina. Inicialmente se pidió ayuda al FMI que concedió 2.100
millones de euros en préstamos mas otros 2.500 de países limítrofes. Las familias islandesas
deberían pagar esta deuda durante los próximos 15 años al 5,5 % de interés.
Inicialmente los islandeses no protestaron, puesto que la falta de costumbre
había anquilosado sus neuronas (la última manifestación había ocurrido en 1949
contra la OTAN) y apenas acudieron 15 personas a manifestarse. Pero en enero de
ese año la cifra había ascendido a más de 2000.
En contra de la típica actuación de los gobiernos europeos, los
islandeses se negaron a pagar la deuda contraída por sus políticos (y por
ello tratados como terroristas por Inglaterra), de hecho cambiaron
por completo a sus dirigentes, detuvieron y procesaron a los banqueros y
ejecutivos responsables del desastre (muchos se dieron a la fuga y están
buscados por la Interpol) y redactarán en breve una nueva constitución
recurriendo para ello directamente al pueblo soberano: Eligieron a 25
ciudadanos sin filiación política. Esas personas comenzarán la redacción de la
carta magna en febrero de 2011 y presentarán su proyecto teniendo en cuenta las
recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo
el país. El texto deberá ser ratificado inicialmente por el actual parlamento y
también por el nuevo parlamento que surgirá tras las nuevas elecciones
legislativas.
La reciente y más
innovadora estrategia en la que trabaja este gobierno consiste en crear un
“refugio” informativo. Islandia acogerá y protegerá en su territorio a
servidores y portales de la red que publican diversa información secreta y
comprometedora, recibida de fuentes anónimas -un paraíso informático, libre de
toda presión.
Hay gente que afirma que Islandia y España tienen muchas cosas en común, ya veremos.
Estas son noticias que evidentemente no leerás en la prensa convencional.
¿Qué tal compañero?
ResponderEliminarYo creo que la diferencia principal entre Islandia y España se basa en la producción, en Islandia es el bacalao y en España EL CHORIZO.
Un abrazo José Mª
Jajajaja!! Muy buena esa,José María!!!
ResponderEliminarChorizos y chorizas. Pero de mala calidad. Indigestos. De esos que repiten mucho!!
Addali