miércoles, febrero 29, 2012

El CRITERIO DE CAJA en el IVA


Después de la lectura de varias fuentes del nuevo sistema que se quiere implantar (El CRITERIO DE CAJA) en el ámbito del Impuesto sobre el Valor Añadido, empiezo a tener una serie de (más que justificables) dudas. Dudas razonables y que intentaré razonar de la forma más ordenada que me sea posible.
En primer lugar, vuelvo a reiterar mi repulsa, indignación y cabreo con el lanzamiento de este tipo de globos sonda por parte del sector político a la sociedad. Medidas que me reafirmo cuando digo que son POPULISTAS y PRECIPITADAS.
¿Qué por qué digo esto?

En primer lugar y antes de comenzar con lo que pretende ser mi opinión, decir que hay que baremar aparte de lo que queremos, lo que tenemos. La Administración Tributaria es una de las Administraciones del mundo con mejores equipos y personal informático. Está dotada de una flexibilidad en las herramientas que pocas organizaciones, entidades o empresas podrían o querrían asumir. En resumen, se adapta al entorno social y económico a mucha velocidad. Unos entornos cada vez más cambiantes y con ingentes cantidades de información.

Y cuando hablo de lo “que tenemos”, me refiero a lo más importante de un sistema tributario: el CONTROL. Las herramientas de control y supervisión tributarios son la base de un sistema organizado y eficiente. Por ello, los fundamentos tributarios se basan en una “colaboración impuesta” a los agentes económicos a los que se supervisa: sistema de autoliquidaciones, declaraciones informativas, cruces de datos, declaraciones de terceros…etc. En el IVA ya disponemos de una serie de modelos: 303, 340, 347, 349, 390, etc.…mediante los cuales, además de todos los datos y antecedentes que obran en poder de la Administración, podemos trazar un esbozo fiable del funcionamiento y de las corrientes monetarias y flujos de bienes y servicios.


Tarea ardua, compleja, y debido a las subidas de los tipos impositivos actuales y futuros, con un mayor coste de oportunidad en el fraude (no olvidemos que es uno de los Tributos más expuestos al Fraude Fiscal debido a movimientos nacionales, intracomunitarios e internacionales).
La piedra de toque se llama CONTROL. Sin esta palabra, todo se viene abajo como un  castillo de naipes. Según varios expertos, la dificultad del seguimiento de ambas corrientes (monetarias y de bienes y servicios) se multiplica exponencialmente. Que un proveedor siga el CRITERIO DE CAJA (simple o compuesto, da los mismo) y un cliente siga el de devengo, puede llegar a producir una salida de dinero de la Administración antes de haberse procedido a la recaudación (suponiendo que no exista un fraude en la operación). O lo que es lo mismo, una desimposición, un fallo en un sistema puramente neutro. Esto en lo que se refiere al CONTROL.

Otro de los mayores problemas está asociado con el primero: mayores costes asumidos y transferidos al contribuyente. Me explico: en un sistema como el actual, se han establecido unos mecanismos de control que están funcionado. Si alteramos el CRITERIO de DEVENGO por el POTESTATIVO de CAJA, se van a necesitar más modelos informativos, más declaraciones, más información sobre todo bancaria, más agentes informativos, etc…lo que lleva a más costes de gestión y un mayor tiempo invertido en la confección de declaraciones.
El mecanismo de funcionamiento del CRITERIO DE CAJA, explicado en esta NOTA INFORMATIVA de la Asociación de Asesores Fiscales, nos lleva a que van a haber infinitas combinaciones en las operaciones, según, proveedor-empresa-cliente establezcan un CRITERIO u otro. Se puede llegar al absurdo de que por la complejidad o por las preferencias de los agentes económicos, les interese operar o no con un proveedor o cliente determinado en función del tipo de CRITERIO seguido (caja o devengo). No perdamos de vista cómo puede alterar esto a las economías por motivos meramente financieros en el cobro/pago del IVA.

Y por último otro de los inconvenientes subsanables en el medio plazo es que el plazo de transposición de la Directiva 2010/45/UE  de 13 de julio de 2010 al derecho interno de los Estados miembros finaliza el 31 de diciembre de 2012, debiendo entrar en vigor el 1 de enero de 2013, razón por la cual nuestro legislador podría regular el sistema de caja aplicable en el IVA en alguna de las normas que se aprueben hasta 31 de diciembre de 2012. Es importante destacar que la regulación del sistema de caja en la Directiva se presenta como una opción para los Estados miembros, por lo que dependerá de la decisión que adopte cada Estado para incorporarla o no a su Derecho interno.

¿Qué es necesario dotar de una mayor liquidez a los agentes económicos? Sí, por supuesto. No se puede seguir indefinidamente con un sistema actual de impagos de clientes, haciendo declarar el IVA devengado a los empresarios o profesionales a pesar de NO haber cobrado sus facturas, y como mínimo hacerles esperar 6 meses. No es viable dado el alto índice de morosidad.

Pero al igual que progresivamente, y en colaboración con el personal de la Agencia Tributaria y de asesores fiscales, se llevó adelante un régimen de devolución mensual que está funcionando a pleno rendimiento, este tipo de medidas deberían de adoptarse de igual forma. No de la forma precipitada, populista e irreal en la que se hacen las cosas o se filtran las noticias en este nuestro país.

lunes, febrero 27, 2012

"El OSCURO CONDUCTOR" (Relato en CONCURSO)


¿Cuánto tiempo había pasado?
Esa pregunta brincó en su cabeza como un resorte cuando vio la foto de la chica.
Entre las cajas sucias del sótano impregnadas de excrementos de rata había un pequeño baúl. En realidad era una caja del tamaño de un disco duro de un ordenador, pero le gustaba llamarlo “el baúl”.  Se trataba de una prolongación de su cerebro. Allí guardaba la parte material de sus pensamientos y maquinaciones. El escondite de unos recuerdos oscuros como una mina cerrada a cal y canto.
El contenido del baúl era una amalgama de trozos inconexos de momentos turbios: cabellos, fotos, recortes de periódico, dientes y objetos personales. Todo ello robado de unas chicas que habían dejado de existir por la gracia del propietario de esa caja.
-    Unos… ¿diez años? ¿Doce quizás? – se preguntó a sí mismo al ver la foto de una chica de la que había olvidado el nombre. El recuerdo de la tapicería del coche, de los ojos de pánico de ella y de aquella noche de luna llena hizo que sus negros ojos se transformaran por unos segundos en los amarillentos ojos de un lobo.
El higrómetro del sótano señalaba un índice de humedad muy alto. Iba a llover ahí fuera. Era ya noche cerrada en ese momento. Las familiares luces de la farola de la acera empezaban a iluminar el cuarto del fondo del sótano. El cuarto de las herramientas.
-          Hace tiempo que dejé el “negocio”- murmuró. Pronunció la última palabra de la forma en la que se escupe algo agrio. Pensó en los momentos que había pasado en el cuarto del fondo y distraídamente apretó ambos puños con fuerza. Cuando los soltó, unas profundas marcas de unas uñas negras y afiladas se quedaron marcadas en las palmas de unas ásperas manos. Las teñía deformes por la artritis. “La puñetera enfermedad de la garra”, así la llamaba. Si mirabas detenidamente sus afilados y curvos dedos, podías corroborar sus palabras. Una por una.
-          Esa fue mi última chica. Ya no habría podido traérmela al sótano. El dolor ya me estaba matando por aquel entonces – suspiró resignado antes de sonreír como sonríen los lunáticos cuando les pones la canción que te han pedido. Había matado dos pájaros de un tiro: a la chica y al nene. Ese recuerdo fue tan nítido que levantó ambos brazos simulando sujetar un viejo volante de cuero y se rió.
Cuando apagó las luces del sótano, cerró bien la puerta con un enorme candado y subió las escaleras de madera que daban al vestíbulo de la casa, pensó en algo. Habría jurado que la chica de la foto tenía un aspecto más infantil la última vez que la vio hace unos años. Sí, estaba seguro de ello. En aquel remoto tiempo de recortes de periódico, estiletes y torturas…era una persona muy observadora. Milimétrica. Y recordaba haber pensado para sí mismo que esa chica era una cría.
En cambio, esa foto…¿no parecía tener al menos treinta años? ¿su vista le habría engañado?
-          Te estás volviendo un viejo cagueta. La luz del sótano y la foto de un periódico de hace doce años pueden hacer que las cosas cambien. Joder, ¡tú has cambiado!
Pero esa noche, antes de quedarse dormido. Mientras el sonido de un lejano trueno retumbaba en las colinas más allá del valle, dentro del sueño, entremezclado con la vigilia de un demente, estuvo seguro. La chica de la foto había envejecido. Y se durmió.

viernes, febrero 24, 2012

"La LIBERTAD" o "El Extraño Poema"


¿Cómo podía evitar vivir una vida que regalada, transmitida o delegada se apoderaba inexorablemente de mi alma con pinceladas de tonos grises?


¿Acaso alguien me preguntó cómo quería que fuese mi vida? No.
Todavía existe ese tipo de gente extravagante que cree en lo que ellos llaman Libertad. Además lo escriben con mayúsculas como si de una sagrada religión se tratara. Libertad... libros y libros se han escrito y aún no conozco el significado de este sustantivo. Lo único que sé con certeza es que necesitamos creer en ella para seguir caminando por el paradójico sendero de...

Camino. Un simple paseo a la deriva de mis pasos sosegados...
Acelero el paso. A medida que los latidos del corazón me gritan.
Corro. Cuando el compás de la batería de mis sueños se deshacen en sollozos.
No estoy muerto. No quiero estarlo. Aún necesito el tiempo. Me pertenece.
Despierto del sueño para entrar de lleno en la pesadilla...
...oscura y densa como la sangre de un animal agonizante...
...del dolor de sus heridas, de la certeza de un fin...
...que da paso al comienzo de.
...que convierte el dolor en.
...que perdurará hasta.
... al mirar por la ventana vi lo de siempre. La misma calle con la misma gente que con sus mismas venturas y desventuras iban entretejiendo los retazos de lo que consideraban una vida que lejos de ser distinta, estaba confeccionada con los mismos hilos.

Día tras día, cuando subía las persianas y corría las cortinas la monotonía inundaba mi habitación. Olas de dos metros de banalidad amenazaban con ahogarme mientras la soga que se ajustaba en mi interior se estrechaba más y más...
Los repetidos intentos para no pensar en  la vida. Una palabra de ocho letras que hace que no nos salgamos de la calzada.
Pero no deja de ser el libro de ficción de una mesa de noche al que tras hojear con avidez sus amarillentas páginas lo devolvemos con la misma avidez al cajón del que salió. Pero, a pesar de su obligado ostracismo...continúa ofreciéndonos sus empalagosas y melosas palabras en el interior de nuestra cabeza. En el mismo polvoriento baúl donde escondemos las poderosas y fútiles herramientas de la fe y los ideales.
Un libro que enterramos en el interior de un inexpugnable ataúd...
Un ideal que resucita al tercer día de nuestras desdichas...

La verdad es que jugaba con ventaja. La partida de cartas en la que conocía la mano de mis oponentes:
-         ¿De cuántas te descartas?- me preguntaban.
-         De ninguna- respondía. Y pensaba para mis adentros lo aburrido que era jugar siempre a lo mismo. Las mismas personas con las mismas cartas en la misma mesa sucia de siempre...
Y cuando te cansas de jugar a un juego, tienes tres opciones: o lo dejas, o cambias de juego o les dices el truco ganador para hacer más interesante las partidas.
Tres, ni más ni menos... el orden de prelación de una sobre otras es irrelevante dependiendo del objetivo que se persiga.

El gris cada vez es más intenso. Las paredes otrora amarillas se han cubierto con el gris de la ceniza. El humo de un cigarro. La gabardina en un día de lluvia.
El ocaso de un día que muere en una noche antes negra y ahora no.
Cuando se consume el papel sólo hay cenizas.
Las cenizas se dispersan con el viento.
El viento que hace que las palabras sean llevadas y finalmente olvidadas.

Tres, ni más ni menos...las sílabas de Libertad con mayúscula. El papel que se consumió con el fuego y sus cenizas fueron esparcidas con el viento.

En la creciente penumbra de mi habitación los pensamientos campan a sus anchas con la discreción sigilosa de una boa de poderosos músculos y fuertes instintos. Silencio. La tempestad vendrá después pero es necesario que el silencio le preceda...sus gritos de rabia serán oídos después con mayor atención.

El reloj señala las 11:59.
El silencio va a ser violado por los truenos. Cuando suceda será demasiado tarde para volver atrás. Nadie ni nada es capaz de acallar los truenos.
Tres, ni más ni menos...los segundos que faltan para el rugido del primero de los tres truenos. 

No estallamos por desconocimiento de la situación


No estallamos porque todavía no somos conscientes de lo que está pasando, se perciben síntomas, pero intuimos, más bien queremos creer, que ya hemos tocado fondo y la cosa no va a ir a más. Sólo con conocimiento real de la situación se puede responder a la amenaza que anda agazapada y toda una caterva de intereses muestran el disimulo de que nada grave puede ocurrir: la situación está controlada. Entonces, como es que casi uno de cada cuatro personas, que van por la calle en edad de trabajar, están en paro. Esto ya no es desconocimiento de la situación está ahí a la vista de todo el mundo, así y todo la gente parece como paralizada por la picada del mosquito del sueño. De cuatro millones de parados, se decía que nunca llegaríamos a cinco y los pasamos en cohete, ahora se tiene a la vista los seis millones. Es insoportable, es del todo necesario mirar sobre la tapia, ese muro impenetrable de la información donde se cuecen las habas. España, de facto, está intervenida, desde luego no al estilo de Grecia, Portugal o Irlanda que como ficha de dominó no tienen fuerza de provocar la caída de la siguiente ficha. España e Italia se llevan por delante el sistema euro y todo bicho financiero a millas de distancia. ¿Qué hacer? A disimular toca. 

Muchos se pueden preguntar qué demonios puede afectar al país que estemos o no intervenidos. Es tanto como estar en suspensión de pagos o concurso de acreedores como lo llaman ahora, la empresa España no puede atender sus compromisos de pagos ya que sus ingresos son inferiores a sus gastos, se podrá decir de otra manera pero la realidad es así. No hay dinero, no hay liquidez para pagar a los que se presentan a cobrar. Lo explico en un símil; en lugar que los administradores de la empresa España presenten los libros de cuentas en el Juzgado con el fin de que se nombre a un interventor judicial que toma las riendas de la actividad mercantil, a la nación española se le presenta el comisario de presupuesto (ver post anterior) para asegurarse que la recaudación fiscal de la nación sirve, sin excusa que valga, para pagar la deuda contraída. Atentos al matiz, esto ya no es una suspensión de pagos sino un descarado privilegio de cobro. En una suspensión de pagos judicial se pretende salvaguardar los intereses comunes, que la propia empresa continúe con la actividad y que lo más rápido posible transforme sus activos inmovilizados en líquido con el fin de pagar a sus acreedores. Si la empresa no dispone de la suficiente liquidez y sus activos no son susceptibles de transformarse en dinero suficiente como para pagar sus deudas, entonces la sociedad mercantil está en quiebra, algo así, más o menos es lo que le pasa a Grecia. Así todo, estando en quiebra no puede venir un acreedor, por muy acreedor que sea y cargar un camión con los bienes de la sociedad quebrada y largarse. El derecho, a nivel internacional, asigna una prelación de derechos de cobro e incluso los acreedores que disponen del reconocimiento de la deuda por escritura pública deben de contener su ímpetu a favor del derecho de los trabajadores. 
Al sindicato del crimen poco le importa el Estado de derecho, que el país continúe generando actividad o que el derecho de las gentes del país prevalezca en un mínimo indispensable con tal de cargar el camión y llevarse hasta los muebles si hace falta. Esto tan sólo demuestra el miedo atroz a que las fichas del dominó caigan una tras otra una vez se han dado de bruces con la realidad de una política catastrófica de manga ancha al poder económico que por su avaricia ha llevado con todo al traste. Los lobbys les comieron la cabeza para que las sociedades que representan no pagaran impuestos y que todo fuera sostenido por la chusma, pero resulta que esas ingeniosas mentes privilegiadas no acertaron que un día se iba a desmoronar la montaña de hipotecas engañifa que sustentan unos mentirosos bonos o cédulas hipotecarias del que solo tienen el nombre, los pisos embargados a los que nadie acude a las subastas, solares que no valen nada ya que nadie piensa en construir nada, créditos imposibles de pagar y un suma y sigue para llenar páginas y más páginas. 

El cabreo va por barrios, mientras unos lo veíamos venir otros, la gran mayoría, los tenían distraídos con la propaganda mediática de que todo va bien y todavía podrá ir mejor. Mientras la irresponsabilidad de los políticos, y su comilona hasta atiborrarse en el restaurante de la glotonería, nos han llevado a esta grave crisis que afectará, en un antes y después, a un batacazo que pasará a los anales de la historia. Lo peor no es que nos traten como imbéciles y nos engañen como tontos del culo, lo peor, e igual tienen razón, es que todavía una buena parte de la población confía en que los mismos que nos han llevado al pozo, y nos dejan tirados, van a ser los mismos que se sacrifiquen por sacarnos de él. Qué tal te parece que si esta noche al llegar a casa te percatas que te han desvalijado y se han llevado hasta los muebles de la cocina. Molesto, te sientas en el suelo y meditas que la mejor solución es que los mangantes te devuelvan lo tuyo y se entreguen a la policía ¿Es razonable? O te puedes morir esperando. No hace falta moraleja alguna pero si no te espabilas ahí te quedas. El próximo post, de una serie de tres, lo dedicare a la contribución de las grandes empresas del IBEX-35, incluido los bancos, a las arcas de Hacienda. Publicado ya me dirás si te pone contento o no, pero te anticipo cabreo asegurado. Aquí, y ahora, para rematar te dejo con el feo asunto de los paraísos fiscales. 

No hemos llegado al gran batacazo del capitalismo por casualidad, algo ha fallado y estrepitosamente. Centenares de preguntas quedan por resolver, empecemos por la primera: ¿Para qué necesitaba el sistema capitalista los paraísos fiscales? Quizás, una de las respuestas la podemos encontrar en los banqueros luxemburgueses que a través de la Asociación de Bancos descaradamente se pronunciaron: “El atractivo de la plaza luxemburguesa seguirá siendo importante mientras los medios que dispone la justicia sean tan débiles”. La justicia es competencia de los Estados, y no hubo gobierno en el mundo mundial que le echara mano. Pero hay más ¿Quién permitió que todo este desbarajuste continuara?: la opacidad era la palabra clave. Las Islas Caimán pertenecen a la Corona Británica. Su gobernador, así como su ministro de Justicia, es nombrado desde Londres, El Reino Unido tenía por tanto la facultad de poner fin al laissez-faire en su colonia, pero no hicieron nada al respecto. Así mismo, desde el punto de vista financiero, el archipiélago es una dependencia norteamericana; la mayoría de los bancos offshore de las Islas Caimán están dirigidos, de hecho, desde Wall Street. Washington podía también poner fin a los trapicheos offshore. Pero nadie movió un dedo.

Lejos quedó la cuantía total de los activos acumulados en los paraísos fiscales que ascendían al PIB de los Estados Unidos, eso era sobre el papel, la realidad ¿Quién lo sabía?. El capital depositado en las islas anglo-normandas se aproximó al PIB de Gran Bretaña. ¿Qué cuentas puede hacer el Banco Central Europeo sobre el dinero en posesión de los bancos y así establecer su ecuación monetarista?. Es evidente que se les fue de las manos. ¿Es necesario seguir?. Desde finales del siglo XVIII, las democracias modernas se constituyeron justamente sobre los principios de la soberanía, es decir, lo opuesto a la desregulación financiera. El sistema bancario se puso al servicio de las multinacionales tramposas sin el menor escrúpulo: los mismos circuitos, las mismas plazas financieras offshore, los mismos bancos. La cultura de la malversación adquirió título de nobleza. El crony capitalismo quedó instalado y se desarrolló a la estela de la Globalización escupiendo gérmenes letales para la democracia. La banalización de la corrupción fue de hecho el reverso de una sociedad mercantilista en donde el dinero tendió a convertirse en el único criterio de valor y el único horizonte del individuo.


En 2008, cuando la banca mundial echo mano a las arcas públicas el presidente Nicolás Sarkozy puso el grito en el cielo: “Es necesario refundar el capitalismo”. La noticia dio la vuelta al mundo. Los mandatarios y gobiernos de occidente, sin mostrar signos de aprobación explícita sintonizaron de la misma actuación teatral. De inmediato, aconsejados por sus asesores, en urgentes apariciones públicas juraron en arameo que había que tomar medidas. Se esforzaban en manifestar que habían actuado en estricta legalidad de sus funciones, prueba de ello consistía en la uniformidad de las decisiones tomadas en todas las cancillerías europeas y por el Gobierno de los Estados Unidos. Días después ni una sola palabra sobre la existencia de los paraísos fiscales que estaban diseñados para la ocultación de capitales que sin control ni tasa alguna habían acumulado el suficiente dinero para estrangular la economía. 
Todo tiene un principio, empezó en 1932 cuando un diputado en la tribuna de la Asamblea Nacional francesa facilitó una lista con dos mil defraudadores que habían eludido al fisco colocando su dinero en el Banco Comercial de Basilea, en Suiza. Entre los procedes había tres senadores, una docena de generales, magistrados, dos obispos, directores de periódicos y grandes patronos de la industria. Fue un escándalo, para que el suceso no volviera a repetirse nunca más, el Gobierno Suizo resolvió el asunto con una ley de secreto bancario bajo la protección del Derecho Penal. A los bancos suizos se les legitimaba la opacidad de las cuentas de sus clientes. Fue la manera más eficaz de proteger el dinero del fraude y de facilitar a los bancos el arma letal de la actuación impune. Los bancos culminaron un proceso de ocultación de capitales que en un principio fue ofrecido a los clientes basado en el cerrojo que ofrecía el secreto bancario declarado bajo protección penal. Era evidente, que el servicio ofrecido a los clientes era reversible hacia el propio banco bajo el concepto de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo. ¿Alguien lo puede dudar? 

Durante años los señores del dinero fueron tejiendo una red de circulación de capitales que debilitó la soberanía de los países. El asunto les llevo su tiempo pero ayudados por el milagro de la tecnología alcanzaron el zenit. Los que en un principio, en los años de la posguerra, fueron paraísos fiscales, en poco tiempo, con la llegada de los ordenadores, los satélites y el desarrollo de los mercados financieros, se transformaron en paraísos bancarios. La liberación de los mercados transformó los paraísos fiscales en paso obligado de los capitales, cualquiera que sea su origen. Pero centrémonos en el punto de vista del ciudadano sujeto a la renta del trabajo: No tiene escapatoria, está atrapado en una fiscalidad que lo tiene pillado, asido a una declaración que se mira con lupa. Bajo este prisma, el ciudadano de la calle, puede pensar que las rentas del capital están sujetas a un control todavía más agobiante por la cuantía del volumen que mueven. Santa inocencia, no es así. Pero, y este si es uno de los peros malditos de este blog, a los bancos, las multinacionales, las grandes empresas y a los grandes potentados se les pone la alfombra roja para que alegremente y sin molestias puedan evacuar sus obligaciones fiscales fuera del territorio nacional mientras el país se endeuda y se recortan prestaciones sociales. 

Atención, aquí está el intríngulis. Veamos lo que da de si el escaqueo fiscal, les anticipo que es una burla, una chirigota, una parodia en definitiva una estafa consentida por la clase política. La empresa A tiene un mercado en un determinado país con una fiscalidad al uso, tiene que pagar un determinado porcentaje de sus beneficios al Erario público. ¿Cómo puede eludir esta contribución? Pues muy fácil, vende su producción a la empresa B, que es una filial suya, evidentemente bajo mano, instalada en uno de los cientos de paraísos fiscales repartidos por todo el mundo. La venta de la producción se realiza al coste o con pérdidas, por lo tanto la empresa A no tiene beneficios y no está obligada a pagar a Hacienda. Así de sencillo. La empresa B, la que está en el paraíso, se lleva el beneficio al vender la producción a la empresa C, también una filial de la matriz y todos contentos. Mientras tanto, lo único que se ha movido son papeles y apuntes contables y bancarios, la producción ha permanecido donde se fabricó. Todo es una pantomima, pero esta representación teatral proporciona a la empresa A eludir su contribución al Erario público y algo más supremo; sacar de circulación sus beneficios y colocarlos en un paraíso fuera del alcance de ninguna legislación. Indiscutiblemente, se podría explicar de una forma más rigurosa y detallada pero en esencia es así. Para eso sirven los paraísos fiscales. 

Años atrás, a esta práctica evasiva, respecto a la fiscalidad, de bancos y multinacionales se fue añadiendo toda una caterva de empresas y próceres que decantó la balanza a un solo lado. No le quedó otro remedio, a la clase política, que impulsar la fiscalidad hacia los impuestos indirectos, aquellos que pagan lo mismo los ricos como los pobres. El consumismo lo aguantaba todo hasta que llegó un día que el paro apareció como un sarampión. La recaudación, por parte del Estado, de los impuestos del trabajo cayó en picado y encima, durante un tiempo, se tenían que aportar fondos para cubrir el desempleo. Al incrementarse el paro descendió el consumo, a menor consumo menos puestos de trabajo. La espiral descendiente solo tenía una doctrina: reducir el gasto público en los presupuestos nacionales. A pesar de los inconvenientes que supuso para los políticos las protestas y manifestaciones los paraísos fiscales continuaron como si la madre de todas las crisis no fuera con ellos. Todo se soportó para no contrariar a los señores del dinero. 

Para acabar volvamos a la primera pregunta: ¿Para qué necesitaba el sistema capitalista los paraísos fiscales? La respuesta no ofrece lugar a duda: Para dejar a la ciudadanía indefensa frente al poder económico. No hay más debate, no hay interpretación si fue primero el huevo o la gallina, sencilla y llanamente se trata de robar la soberanía de los pueblos a favor de unos pocos en plena connivencia con los políticos quienes juran en arameo que su supremo, y único, interés está en la defensa de la nación y sus moradores. Una mentira que se desmontó por si sola al desmoronarse el tinglado que la sostenía. Los cientos de paraísos llegaron a la especialización, Las Bahamas, islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas tenían la peculiaridad que distingue a estos paraísos fiscales de otros muchos. 

Su oferta es el jamón de pata negra de los paraísos fiscales. Su legislación no requiere la auditoría de cuentas a las sociedades allí domiciliadas, no es necesaria formalidad legal alguna respecto a las cuentas anuales, ni su depósito, ni siquiera la comunicación de los beneficios obtenidos; tampoco exigen las autoridades de aquellos países la identificación de administradores y accionistas. En definitiva, la tapadera perfecta donde esconder el botín arrebatado por las buenas o por las malas a la Hacienda Pública dejando a los ciudadanos con la carga del Estado a sus espaldas. Sorprende la paciencia infinita que demuestra la ciudadanía ante el fenómeno de los paraísos fiscales que parasitariamente succionan, sin tregua, la sabia del Estado del bienestar. Los recortes presupuestarios llegan hasta el cierre de quirófanos con largas listas de espera y entre tanto tenemos que escuchar que se necesitan urgentemente leyes que nos pongan en nuestro sitio por despilfarradores y de vivir por encima de nuestras posibilidades. Tienes que mover el culo, más tarde será tarde y a estos tarados capitalistas no les importa acabar con el capitalismo y la cohesión social. Puedes estar seguro que los señores del dinero no tienen límite ni tasa. 

FUENTE: Josep Manuel Novoa Novoa

jueves, febrero 23, 2012

ISLANDIA: un PAÍS a a CONTRACORRIENTE


Una  “revolución” que tiene lugar desde hace más de dos años ha sido convenientemente silenciada por los medios de comunicación. Silenciada convenientemente de forma muy sospechosa por las implicaciones socio-políticas que podría tener. 
Ha ocurrido en la mismísima Europa (en el sentido geopolítico), en un país con la democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos orígenes se remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de la ONU del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene o teníamos ni idea.
Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución. Y todo ello de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por qué no se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado frívolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo?


La historia comienza como tantas otras que hemos oído contar últimamente: En octubre del 2009 a Islandia le pasó como a muchos otros países que sucumbieron a la crisis; el déficit alcanzó el 76%, los tres principales bancos entraron en bancarrota y el país se fue literalmente a la ruina. Inicialmente se pidió ayuda al FMI que concedió 2.100 millones de euros en préstamos mas otros 2.500 de países limítrofes. Las familias islandesas deberían pagar esta deuda durante los próximos 15 años al 5,5 % de interés. Inicialmente los islandeses no protestaron, puesto que la falta de costumbre había anquilosado sus neuronas (la última manifestación había ocurrido en 1949 contra la OTAN) y apenas acudieron 15 personas a manifestarse. Pero en enero de ese año la cifra había ascendido a más de 2000.
En contra de la típica actuación de los gobiernos europeos, los islandeses se negaron a pagar la deuda contraída por sus políticos (y por ello tratados como terroristas por Inglaterra), de hecho cambiaron por completo a sus dirigentes, detuvieron y procesaron a los banqueros y ejecutivos responsables del desastre (muchos se dieron a la fuga y están buscados por la Interpol) y redactarán en breve una nueva constitución recurriendo para ello directamente al pueblo soberano: Eligieron a 25 ciudadanos sin filiación política. Esas personas comenzarán la redacción de la carta magna en febrero de 2011 y presentarán su proyecto teniendo en cuenta las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. El texto deberá ser ratificado inicialmente por el actual parlamento y también por el nuevo parlamento que surgirá tras las nuevas elecciones legislativas.
La reciente y más innovadora estrategia en la que trabaja este gobierno consiste en crear un “refugio” informativo. Islandia acogerá y protegerá en su territorio a servidores y portales de la red que publican diversa información secreta y comprometedora, recibida de fuentes anónimas -un paraíso informático, libre de toda presión.
Hay gente que afirma que Islandia y España tienen muchas cosas en común, ya veremos.
Estas son noticias que evidentemente no leerás en la prensa convencional.


miércoles, febrero 22, 2012

PRODUCTIVIDAD: una trampa del VOCABULARIO


Productividad, manida palabra. Malintencionada palabra. Malinterpretada palabra…
La clave es cómo la medimos. Qué baremo utilizamos.
Midamos como midamos la productividad, si en España se producen tan solo bienes sin valor añadido, jamás habrá productividad monetaria. Además si no se genera valor añadido, tampoco habrá jamás inversión real, (que depende principalmente de que existan posibilidades de obtener un resultado en el futuro). Está claro que no producimos valor añadido, pero esto no es porque tengamos poca productividad. En realidad primero se define que es lo que se produce y luego ya veremos cómo. Estamos en un entorno en el que la demanda interna es nula, (y cayendo), y las exportaciones son principalmente las ventas de empresas filiales de grandes empresas europeas, que deslocalizan en España aquellas fases de su cadena que menos valor generan. Por pura definición apenas se producirá valor añadido mientras no se cambien las circunstancias económicas, (en el sentido de que sea propicio crearlo).
Pero es que además una vez determinado lo que producimos, siempre podremos elegir entre varias formas de  producirlo. ¿Cómo harán las empresas? Pues usando intensivamente el factor más barato y flexible. En este caso el trabajo. En realidad es algo que se aprende en primero de Económicas: La productividad depende del precio de los factores y no al revés, porque es el precio el que determina cuanto de ese factor se usa, y en consecuencia la forma de producir y el resultado son las magnitudes de la productividad. Lo que nos lleva a la tontería de que lo que hay que hacer es ligar los salarios a la productividad. Que en definitiva, de ser cierto, nos llevaría a una situación en la que los salarios dependen de las decisiones de las empresas, lo que a su vez dependería de los precios de los salarios, mientras nos cargamos una ley económica básica que nadie ha cuestionado jamás.
Para rematar la faena, en muchos ámbitos se suele hablar de productividad de una economía usando el cociente entre lo que produce y los trabajadores usados.  En un contexto en el que se está buscando reducir la producción, (ajustes por todos lados), el numerador de la división se reduce; Cuando el numerador de una división se reduce, toca elegir entre que se reduzca el resultado, (disminuya la productividad), o bien se reduzca más el denominador. Que es lo que está ocurriendo actualmente: Se incrementa la productividad, (se mire por donde se mire) del factor trabajo por la reducción del denominador; o sea desempleo. Por tanto luchar contra el desempleo, tomando medidas que reduzcan la producción es materialmente imposible incrementar la productividad y tratar de mejorar la productividad, luchando contra el desempleo es matemáticamente incompatible con medidas que provoquen recesión.

NUEVA MEDIDA de DACIÓN EN PAGO: "El NUEVO ENGAÑO"


Una de las medidas anunciadas hoy por el Gobierno es la  medida de apoyo a los hipotecados que pierden su casa.

El propio ministerio expone en su web que

Trata de definir un colectivo en situación de exclusión y en tratar de que los bancos voluntariamente tomen unas medidas con este colectivo. El colectivo en situación de exclusión son aquellas personas que no pueden pagar su vivienda habitual, que no disponen de otro activo y que además no tienen ningún tipo de renta. Hay que decir que normalmente los criterios de exclusión suelen incluir algo. Es decir, se incluye a todas las personas que tengan algo, aunque sea una renta mínima siempre que esta sea claramente insuficiente para mantener una vida digna. Estableciendo el límite de exclusión en el punto en el que no existe absolutamente nada estamos mandando un mensaje claro. En todo caso, este punto tengo la impresión de que será el de negociar en el sentido de que cuando la norma se conozca finalmente se incluirán aquellos que tengan una renta inferior al 75% del SMI o similares en un alarde de generosidad.

Se  recomendará a las entidades financieras, que la entrega de la casa signifique que la deuda quede saldada. Las entidades financieras podrán voluntariamente acogerse a esto.

La primera conclusión fácil de ver: a las entidades financieras se les da un trato discrecional a la hora de  “asumir un sacrificio”. Una discrecionalidad que hace que una vez más, todo se quede en una medida populista y propagandística.

Si ponemos como ejemplo una familia que tenga sólo su vivienda hipotecada, no tenga ningún tipo de activo y ninguna renta, el banco iniciaría su procedimiento judicial, de tal forma que tras unos cuantos gastos y tiempo más tarde nos encontraríamos con que el banco se queda el piso, y el resto de lo que tenga el cliente; lo que viene a ser nada. En este caso es importante entender que existe una partida que se llaman “fallidos”, que son aquellos créditos que es imposible recuperar, entre los que sin duda estarían estos casos.

Con la nueva norma, el banco, percibirá exactamente lo mismo y estará exactamente en la misma situación, claro que sin tener que pasar por numerosos tramites y por un juzgado. De hecho esta es la razón por la que la dación en pago, (sin ser obligatoria para la entidad) si está plenamente implantada cuando hablamos de sociedades y promotores, casos en los que se entrega la empresa o los activos sin mayor problema, ya que todo el mundo sabe que las  entidades financieras no podrán cobrar la deuda.

Además, queda el problema social de que los retrasos en la justicia están paliando el problema social, al dar cierto tiempo. Ésto se soluciona otra vez de forma voluntaria, ofreciendo una moratoria de dos años a los hipotecados en estas condiciones antes de ser desalojados, claro que en la nota de prensa del ministerio se especifica claramente que a cambio de una renta. En este sentido parece un poco incongruente que se pida a las personas que no tienen ningún tipo de renta, el que paguen una renta.

Queda claro que esta moratoria no tiene el menor sentido tal y como está planteada la medida, ya que las personas sin renta, no pueden pagar renta.
Por esta razón, supongo que se establecerá el límite que mencionaba antes de tal forma que podrán pagar una renta mínima que sería inembargable en caso de que fuese a pagar la deuda. Por descontado la inembargabilidad no afecta a tratos “voluntarios”, por lo que la situación de las entidades sólo podría mejorar.

Nos cuentan que para conseguir que las entidades financieras acepten, lo que se va a proponer que las pérdidas en que incurran las entidades de crédito sean deducibles fiscalmente. Pudiera parecer que este es el pago a la banca, pero sin embargo no es más que otra incongruencia del gobierno a cuenta de esta medida. ¿O es que las pérdidas de la banca son las únicas pérdidas de cualquier tipo de empresa que no es deducible?

Las pérdidas de las entidades financieras son y serán siempre deducibles en un impuesto de sociedades, en el que por cierto las entidades financieras españolas pagan ya un importe muy bajo.

Sin embargo, parece probable que ya que estamos se desarrollará un aspecto que quedó pendiente en la ley de impuesto de  sociedades de 2004, que en su artículo 12 acaba diciendo:
“Reglamentariamente se establecerán las normas relativas a las circunstancias determinantes del riesgo derivado de las posibles insolvencias de los deudores de las entidades financieras y las concernientes al importe de las pérdidas para la cobertura del citado riesgo, así como las normas relativas a la deducibilidad de las correcciones valorativas por deterioro de valor de los instrumentos de deuda valorados por su coste amortizado que posean los fondos de titulización hipotecaria y los fondos de titulización de activos a que se refieren las letras g) y h), respectivamente, del apartado 1 del artículo 7 de la presente Ley.”

Si nos damos cuenta, no estamos hablando exactamente del caso en el que se asuman pérdidas de valor definitivas, sino de las provisiones para insolvencias. El caso es que el dinero deducible para impuestos derivado de provisiones, tiene que cumplir unas normas que son sustancialmente más duras en las empresas no financieras que en las financieras. Por lo tanto, a cambio de nada se van a tocar probablemente las reglas de valoración de las provisiones a efectos de impuesto sobre sociedades, consiguiendo un beneficio derivado de todas y cada una de las provisiones, (aspecto que tiene su importancia cuando se están exigiendo y dotando un gran número y volumen de provisiones).

En definitiva, sin arreglar absolutamente nada a una persona que no tiene ninguna posibilidad, y limitando al extremo la efectividad de una RECOMENDACIÓN, lo que se hace es conceder una serie de beneficios a los de siempre. Y curiosamente nos encontramos ahora con que las críticas van en el sentido de que se han cambiado las reglas del juego a media partida, lo que es  cierto, ya que estamos otra vez ante el enésimo cambio de las reglas que beneficia claramente a la banca.

domingo, febrero 19, 2012

"Política por la FUERZA"


¿Qué estamos dejando que hagan con nosotros? ¿En qué momento cedimos las decisiones más vitales, más personales e irrenunciables a la clase política? ¿Cuándo les pedimos ese permiso de cómo vivir y cuánto nos valía morir? ¿Alguna vez lo hicimos y no nos dimos cuenta?

O puede que nunca les hayamos dado ese robado derecho individual e irrenunciable. Que lo que está en uno de los libros más leídos y mancillados es mentira. Una gran mentira con cubierta de democracia azucarada. Hablo de la Constitución. Un manifiesto de TODOS para TODOS. Un compromiso del pueblo con el pueblo, de los políticos con los demás ciudadanos y a la inversa.

Y cuando atacas la base, cuando revientas los cimientos con corrupción, imposición y violencia…el edificio se cae. Ya se nota el temblor en los primeros pisos.

Ya no nos valen palabras escritas o cínicamente pronunciadas. No nos valen adornos. Queremos obras, actos, hechos y  manifestaciones de que estamos TODOS en el mismo bando. En el Bando de la Democracia. El sistema en el que la gente es gente y el dinero es sólo dinero. En el que confiamos a unos GESTORES la protección, la educación de nuestros hijos y la cura de nuestra gente enferma. Pedimos poco y se nos está dando cada vez menos. Cuando menos tiende a nada.

En definitiva. La gente que está para protegernos, se ha ido convirtiendo en el PROBLEMA. En una gran tara para nuestro bienestar, para nuestra vida cotidiana y sobre todo para nuestro desarrollo como personas.

Cada vez hay más “PROHIBIDOS”: de hacer, no hacer, decir o no decir…cada vez hay más rabia, impotencia, miedo, indignación, desprotección…estamos dejando que conviertan nuestras sociedades en sociedades de sensaciones, sentimientos y rabia. En sociedades insanas, enfermas.

Cada vez hay menos “DERECHOS”: a vivir dignamente, a trabajar honradamente, a que nos dejen vivir en paz unos con otros.

Y la Historia, para el que sepa leerla o quiera saber leerla, dice cosas. Cosas muy importantes. Cosas como que la gente que pasó por lo que tú y que yo, al final tiene un límite. Que no se nos puede castigar indefinidamente. Que la injusticia es una comida podrida que lleva caducada desde que se comete. Y al final acaba en el cubo de la basura arrastrando a los que la cometieron y a los que no.

No sé si toda esta porquería en que han convertido un mundo al servicio del sucio dinero y del falso poder…tendrá vuelta atrás…lo espero. Rezo por ello todos los días.

En un juego perfecto hay perdedores y ganadores. Pero ni la vida es un juego perfecto. Ni la clase política está jugando bien, ni nosotros queremos que jueguen mal.

El mundo REAL sería un juego imperfecto de imperfectos tahúres en el que cuando pierde uno, las baraja acaba rompiéndose y se acaba la partida. Acabamos todos perdiendo.

sábado, febrero 18, 2012

"Mi YO Bastardo" (PRIMERA PARTE)


Las fresas estaban demasiado azucaradas. Con la nata hubiese sido suficiente para darles el toque dulce. Pero a algún capullo se le ocurrió la triste idea de ahogarlas en toneladas de glucosa. De estropearlas. Alguien se había encargado de estropearme una noche perfecta. Mejor dicho: La Puñetera Noche Perfecta. 

Levanté la vista de la copa llena de fresas y vi la cara de preocupación de Regina. De preocupada curiosidad. Unos inquisitivos ojos verdes me miraban con la misma expectación de alguien que espera una carta en el buzón y no se atreva a leerla cuando por fin llega.

Estiré el brazo por encima del postre echado a perder, de las dos copas de vino casi vacías y le acaricié tranquilizadoramente una mano. No pasaba nada. Mentí. Me acababa de acordar de un tema de trabajo y estaba preocupado. Mentí otra vez. Esta vez, su mano derecha recorrió el camino inverso a la mía y repitió el mismo gesto. Tranquilo, ya verás cómo todo va a salir bien. Toda esa retahíla barata de consoladoras palabras que una persona que habías conocido hacía tres días te podía ofrecer.

Disimulé. Detrás de mi cara de falso alivio, se escondía la rabia incontenible. Ese cerdo me las iba a pagar. Me había estropeado la noche. Te quiero, Regina.

Mientras nos estábamos besando y mi mano rodeaba una cintura que invitaba a evadirse entre sábanas suaves, sudor seco y húmedo calor…seguía pensando en Larry. Así debía de llamarse el cocinero. Sí, Larry. Todos los cocineros se llaman así: Larry, Harry o como quiera uno bautizarles. Yo lo iba a hacer. Y en el bautizo no iba a haber ni invitados ni padrinos…consistiría en un gran banquete. Cerré los ojos y me concentré en unos carnosos labios que me besaban.

A la mañana siguiente, me sentía físicamente cansado: había sido una noche larga. Contradictoria. De contrastes. Perfume, tierra, sangre, azúcar, más azúcar y sales de baño. De esas típicas noches que empiezas con un beso y terminas en un descampado con una pala enterrando malos recuerdos. Cansado pero satisfecho.

En la oficina hacía demasiado calor. A pesar de estar a mediados de febrero y con las dos ventanas de mi amplia oficina abiertas, la temperatura era demasiado alta. No podían ser los radiadores. Los había apagado. Ni el aparato de chorro de aire. Lo había destrozado hacía más de un mes con una maza. Una de esas malas noches que a veces se tienen.

Cuando se fue mi secretaria a almorzar, ya estaba sin camisa. La corbata la había anudado a la estatua de mármol de detrás de mi escritorio y mi ropa interior Calvin Klein asomándose irreverentemente por encima de mi cinturón de Gucci. La chaqueta de mi traje Armani estirada en la alfombra. Un auténtico barriobajero con más de seis millones de euros en sus cuentas, tres chalets y media docena de vehículos de alta gama.

No sé cuántas pastillas debí de tomar, pero a media tarde, cuando me llamó Regina, la confundí dos veces con mi madre. Mi madre enterrada a más de mil kilómetros de allí y varios cientos de metros debajo del piso quince de mi oficina. Si Regina se percató de mi confusión, lo disimuló muy bien. Aunque debía de estar a esa hora por su tercer gin-tonic sin hielo en Paulson´s. Según lo estipulado.

Empezaba a conocerla y eso me asustaba. No me gustaba unirme a nadie. No me convenía a mí, ni le convenía al que se encontraba con mi “Yo Bastardo”. Así me llamaba a mí mismo cuando me daba por hacer cosas que nadie sería capaz de hacer ni con diez litros de vodka en el cuerpo. Ese “Yo Bastardo”, salía muy a menudo de paseo sin avisar. Lo podía ver a veces en mis ojos delante del sucio espejo de un bar de mala muerte. O en el temblor de mis dedos al brindar con una top-model cocainómana en la barra de una discoteca. No controlaba sus salidas ni sus…”manías”. Y cada vez salía más…

Diez kilómetros. Por el camino de tierra del río, era un poco más de esa distancia. La camiseta de fibra antitranspirante se pegaba a mi espalda en cada zancada. En la media hora larga que dedicaba a correr todas las noches, pensaba. Era el único lapso de tiempo en el que era yo. El hijo legítimo de mi madre muerta. La persona educada en las mejores universidades, el chico responsable que prometía, el diseño perfecto de buen ciudadano, vecino, profesional, marido,…era la mezcla de las mejores esencias dentro de una probeta con traje y corbata. Una probeta rota y rajada por algo que entró dentro de ella.

Empezó a resquebrajarse cuando maté a mi padre. Apenas me acuerdo de ello. Sólo sé que de vez en cuando por las noches veo retazos imposibles de unir en el techo de la habitación. El hilo se rompió hace tiempo cuando el “Yo Bastardo” cogió unas tijeras de podar y se dedicó a destrozar parte de mi vida en jirones irregulares. Jirones de ginebra, pastillas, sangre y objetos afilados.
Estaba llegando al parque que estaba al lado de mi casa. Mendigos durmiendo en los bancos. Tapados con periódicos de noticias del pasado para gente sin futuro. A alguno ya le conocía de vista. Me quedo con las caras. Una herencia de una memoria pasada, de un don transformado en una maldición, de una cualidad convertida en arma. Donde los demás ven una persona harapienta, de nariz desfigurada por el alcohol y cansados ojos vidriosos…yo veo a la persona que está debajo del autoimpuesto disfraz.

Sin duda era él. Por una vez en su triste vida, el vino agrio le salvó.
Aquella chica. Aquella lejana noche de hace poco más de un año. Se reía. No hablaba. Sólo se reía. Algo en mí se despertó: la parte violenta que asesinó a mi maltratador padre en un establo. La que…entre oscuros y muy lejanos recuerdos hechos jirones, con una bolsa le ahogó y luego le enterró lejos. Muy lejos. Una noche entera caminando. Luces de policía y mantas. Luego la oscuridad más absoluta donde nada puede ser visto, ni oído…ni tocado.

jueves, febrero 16, 2012

¿Derecho a MANIFESTARSE? Creo que no.


Dice la Constitución en su artículo 21: “En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para las personas o bienes”.

¿Por qué cito la Constitución? Por varias razones:

Porque lo que se deriva del citado precepto constitucional es justamente lo contrario: es decir, es la norma suprema la que reconoce el derecho fundamental y no el Gobierno ni su presidente. De forma más específica: son las personas que deciden manifestarse las que comunican a la autoridad gubernativa competente su intención de hacerlo por las razones que crean más oportunas. Comunicar no es pedir autorización. La autorización siempre significa un control preventivo, propio de los regímenes autoritarios y de las dictaduras que hacen del desconocimiento de los derechos fundamentales sus señas de identidad. En consecuencia, comunicar es avisar a fin de que la autoridad verifique los efectos que el ejercicio de este derecho pueda tener sobre los intereses generales y particulares, al objeto de velar por las libertades de la colectividad. Y es en esta fase posterior cuando, eventualmente, dicha autoridad, a través de la debida ponderación entre la libertad y la seguridad, puede llegar a tomar la decisión de proponer la modificación del itinerario de la manifestación o, incluso excepcionalmente, la prohibición, si existen razones por las que quepa deducir que el orden público pueda quedar alterado.

Es obvio que la crítica a las instituciones públicas en una manifestación no supone su deslegitimación, sino que es una forma más de control social difuso de los representantes políticos por parte de la población. Con independencia de quien gobierne y de quien reivindique. Y eso es lo que pretendía la inmensa mayoría de los que cívicamente se manifestaron en Madrid, Valencia, Sevilla, Barcelona, etc…protestando y reclamando mñas justicia social. En definitiva, reclamando que se aplique la norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico: los derechos fundamentales. Entre ellos: la Sanidad y la Educación.

¿Y cómo responden las Fuerzas y Cuerpos y Seguridad del Estado (también ciudadanos españoles) contra sus conciudadanos?



La policía apalea y detiene a menores en Valencia.
¿Por qué se manifiestan los estudiantes de Valencia? Precariedad, barracones, ni luz ni calefacción.

En definitiva, y omitiendo los numerosos casos de violación flagrante de este mancillado derecho constitucional, podemos ver que el Estado de Derecho del que se les infla la boca a determinadas personas al hablar de él, ha muerto.









"ABRO LOS OJOS" (RELATO CORTO presentado a CONCURSO)


Abro los ojos.  Me duelen.
¿Cuánto tiempo llevo aquí sentado? Parecen los baños de una estación de tren. Pero no hay nadie. Las hileras de urinarios están vacías en la pared de mi izquierda. Todas las puertas están cerradas. No veo pies.

La luz fluorescente parpadea irregularmente. Los cristales de los lavabos están resquebrajados y sucios. De los grifos sale un líquido parduzco y viscoso emitiendo un sonido desagradable que me recuerda a….elimino ese pensamiento de mi cabeza.

Pero la pregunta sigue ahí. Latiendo en mi cabeza y moviéndose como un papel entre mis sucios dedos. Un papel con un gran signo de interrogación. ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago sentado en el suelo de unos baños públicos? Y lo más importante, ¿Quién soy?

Al tratar de incorporarme, un fino velo oscuro delante de mis ojos me impide ver. Me llevo las manos a los párpados y descubro que es sangre. Me empiezo a poner más y más nervioso. Noto un sabor metálico en la boca (el pánico sabe a cobre mezclado con saliva, a un cuchillo mordido por las ratas).

Mancho los polvorientos azulejos (con mi sangre), dejando unas huellas de dedos alargados. Pensando en ello, mis piernas hechas de chicle, me empiezan a llevar a la puerta de salida de ese asqueroso lugar. Polvo, suciedad, olor a orines, a colonia barata y a humo de tabaco.

Antes de girar el pomo de la puerta, advierto que hay alguien más. Un hombre tendido. Los detalles llegan con demasiada lentitud a mi maltrecho cerebro: lo primero que veo, es que ese hombre no tiene ojos. Una lengua increíblemente larga le cuelga de la comisura de su boca y tiene medio rostro descarnado. Intento evitar unas violentas arcadas. Noto una gota recorriendo mi espalda. Inconscientemente rezo para que sea sudor.

De un empujón abro la puerta. El vestíbulo de la estación de tren está sin gente. Todas las sillas, cafeterías, puestos y comercios están absolutamente vacíos. No hay nadie más. El denso silencio amplifica el sonido de mis zapatos al caminar. Sólo el ruido de unos solitarios tacones y el aullar de un fuerte viento que se cuela por los ventanales del vestíbulo. Todos los cristales están rotos. Microscópicas astillas de vidrio en el suelo, delatan que algo con una fuerza asombrosa, los ha despedazado como finas obleas.

Si estoy soñando, es un sueño irreal. Angustioso. Una mierda de pesadilla.

Grito. Sólo contesta el viento empujando los papeles y la basura hacia mí. Ese sabor a cobre otra vez. Corro. Me resbalo un par de veces. Tiro una mesa y dos sillas con mi cadera antes de entrar en una oscura cafetería. Otra vez ese olor. A cerrado, a trapos sucios mezclado con sudor, a armarios cerrados, a naftalina…huele a muerte.

En el mostrador reposan dos lánguidas cabezas de dos personas jóvenes junto a sendos vasos volcados. El cuello retorcido en una posición imposible. Los brazos caídos en señal de rendición. Y esta maldita oscuridad no es suficiente para evitar que vea que…no tienen ojos. Pienso en el hombre del baño. Al acostumbrarse la vista a la oscuridad, distingo más siluetas sentadas en las mesas de dentro. Reclinadas sobre sus mesas. Casi agachadas, protegiéndose de alguien o de algo.

Todo está más o menos en orden dentro. Es lo más desconcertante. Las únicas notas disonantes son las botellas rotas de detrás del mostrador, alguna silla caída y las posiciones corporales de la gente (muerta. Muerta y sin ojos). Junto a una de las mesas del fondo, un amasijo amorfo de hierro y lona desgarrada. Un carrito de bebé.

Lloro. De miedo, de pánico, de nervios, de pena, de confusión. Al salir de la que antes era una cafetería y ahora es un nicho de cadáveres…miro al cielo por entre los ventanales rotos. Parecía que era de día cuando salí de los baños. Pero ahora la luz es increíblemente roja. Casi granate. Y cuando me estoy preguntando qué está pasando…una segunda bomba de neutrones me barre.

Entrada destacada

“Palo y zanahoria” VS. “Sobreprotección infantil”

Volvamos unos cuantos años atrás viajando por el tiempo. Justo a la época en la que estás jugando con tus compañeros de quinto de Educaci...