viernes, diciembre 16, 2011

CINE CLÁSICO: "Matar a un Ruiseñor" (1963)


TÍTULO ORIGINAL To Kill a Mockingbird
AÑO: 1962
DURACIÓN: 129 min.
PAÍS: EEUU
DIRECTOR Robert Mulligan
GUIÓN Horton Foote (Novela: Harper Lee)
MÚSICA Elmer Bernstein
FOTOGRAFÍA Russell Harlan (B&W)


ARGUMENTO:

Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado viudo, a quien sus dos hijos le roban gran parte de su tiempo. Pero a pesar de ello aceptará uno de los casos más difíciles que se le podían presentar: el defender a Tom Robinson. A primera vista parece un caso más , pero teniendo en cuenta que nos encontramos en la Norteamérica sumida en la gran depresión, que además Tom es acusado de la violación de una mujer blanca, que no existen casi pruebas ni indicios de culpabilidad en el acusado, y que encima su color de piel es el negro, tenemos todos los elementos para un juicio imposible de ganar para el bueno de Atticus.
La presión social sobre el abogado será grandísima por aceptar el trabajo, quien deberá cargar a su espalda la incomprensión de mucha gente de la ciudad hacia su actuación e incluso la duda inicial de sus hijos .
Durante el transcurso del juicio saldrán a la luz pública, las penas y miserias de algunos de los habitantes de la pequeña ciudad del sur de los EEUU.

LO MEJOR DE LA PELÍCULA

-La capacidad del film para sobrellevar de manera paralela, para unirse al final, dos historias diferentes, pero complementarias sin perder el interés por ninguna de las dos. Por una parte los veranos tiernos de unos jovencísimos chiquillos y por otra parte la historia del juicio con todas sus cargas sociales.
-El maravilloso blanco y negro a la hora de enfatizar detalle que en cualquier película de color pasarían desapercibidos. Como ejemplo esas sombras fantasmagóricas que fluyen por cualquier lado de la pequeña ciudad.

-Los estupendos encuadres que reflejan con la perfección de un libro la personalidad de cada personaje.
- La valentía a la hora de plantear ciertos temas, recordando que nos encontramos en el año 1962.
-La actuación de los dos mocosos que interpretan a los hijos de Atticus Finch (Gregory Peck), quienes soportar gran parte del film. No son repelentes, no son sabelotodos, solo son niños, ni mas ni menos. Retratados con toda esa carga de curiosidad e ingenuidad propia de esas edades, en definitiva una manera inteligente de utilizar la figura del niño.
-El buen suspense que algunas escenas son capaces de producir, elementos tan efectivos como la oscuridad, la cara del niño atemorizado , la soledad de las calles y los inquietantes ruidos de la noche.
-La serenidad que transmite Gregory Peck con su interpretación, a pesar de la gravedad del asunto.
-La magnífica banda sonora de Elmer Bernstein.

Un auténtico peliculón del CINE CLÁSICO.
Si quieres verla:


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