martes, enero 03, 2012

Hacia el PRECIPICIO...


¿Conoces la sensación de que estás a punto de caerte por un precipicio y de que el conductor del vehículo no te hace caso? ¿De que no te oye o no quiere oírte?

No. No es una pesadilla producto de una mente enferma. Es peor que eso: es la REALIDAD.

Nos estamos asomando al precipicio y seguro que el inicio de la caída libre será dentro de tres meses, en Marzo. El mes en el que se nos van a anunciar alegremente las nuevas medidas que se van a aplicar en nuestro querido país: España.

No es una cuestión de ideología política, creedme. Es cuestión de lógica. Del producto de varios años de formación, de lectura de la Historia Económica, de varios años usando algo que usamos todos; el SENTIDO COMÚN.

Ya hice alusión a los efectos devastadores de la reducción de salarios, de derechos laborales en definitiva…el resultado, os recuerdo que es más desempleo. Las razones os las he descrito en una anterior entrada de este blog. Aquí los economistas se ponen de acuerdo: si disminuye el consumo: démonos por jodidos, hablando en plata. Van a cerrar más tiendas de lo que cualquiera de nosotros jamás hubiera imaginado. Si desaparece la clase media, si incrementamos las diferencias entre los más ricos (las está habiendo, se están forrando) y los más pobres (existen)…estaremos creando una sociedad en tensión, una sociedad cada vez más crispada, una sociedad muerta, enferma…

España tiene la peculiaridad de que la mayor parte de la gente pertenece o se considera “clase media”. Hemos estado acostumbrados a productos, servicios de alta calidad. Hemos sido (y lo somos) el target objetive de muchas marcas de calidad (Apple, Mercedes, etc…). El efecto de disminuir drásticamente el poder adquisitivo de un ciudadano que ya ha experimentado una calidad de vida alta anteriormente, puede llevar a la frustración social e incluso a reacciones o conductas muy distintas de las personas que jamás han accedido a ello.

Estamos en una Sociedad de personas que compran iPads, que compran BMWs, que el mercado de lujo ha prosperado en casi un 83 por ciento en 2011, que convive con otros miembros de una sociedad progresivamente empobrecida.

Unos pensarán que no les afecta. Otros que es muy lejana la situación. Pero es falso. Una sociedad en tensión lleva a mal puerto. Lleva a que las personas que menos tienen, reclamen legítimamente lo que  les pertenece. Sí, les pertenece. Con la misma legitimidad que tú o que yo, poseemos cosas (hay excepciones, por supuesto, pero esas personas no son sociedad, son los parásitos de la sociedad).
Una sociedad con buena salud es una sociedad donde todos tienen acceso, o pueden tener acceso a las mismas cosas que tú y que yo, habiéndose esforzado lo mismo o más. Y esa no es la situación: emigración y enchufismo.



Y habiendo empezado por estas “soflamas”, diré por qué estamos a punto de caernos:






Primero, leed el BOE y observad meticulosamente cómo están inyectando dinero a los bancos (de nuevo. ¿Os suena, no? ¿Alguien duda de quién manda en realidad en Occidente?

Segundo, y como decía mi abuelo: “En toda pelea, mira a ver quién ha empezado la pelea y quién ha ganado”. Quién ha empezado es discutible, yo me lo imagino. Sobre quién ha ganado (de momento), todos lo tenemos más o menos claro: aquellos a los que les interesa mano de obra cualificada barata y NUNCA pagan impuestos. Sí, aquellos que ahora son más ricos, mientras tú y yo vemos una calidad de vida restringida. Todo ello en pos de una sociedad mejor, sin deber nada a nadie (déficit)…y tú, ni yo, nos consideramos tontos. 

Y sabemos leer. Salimos a la calle y vemos lo que hay.

Este post, lo he redactado desde el punto hacia donde nos estamos dirigiendo a pasos agigantados. Un camino que nos lleva a una lucha. A una pelea. Y eso no lo queremos. No somos los culpables. No nos merecemos pelear por algo de lo que no somos culpables, ni tenemos que ver. Para eso estamos votando a unas personas a las que se les presupone una formación (permitidme que me ría un poco, perdonadme) para que esas preocupaciones, esa lucha la lleven ellos acabo. Creo que les pagamos muuuuuy bien para ello.

¿Y sabéis qué es lo que les está pasando? Estamos pagando a unos inútiles. Estamos pagando dos veces: por sus errores y con su sueldo. Así que espero que alguna vez, dejemos aparcado el teclado o la pantalla táctil y salgamos ahí fuera. Decirles en voz muy alta que se acabó. Que basta ya. Que nos han engañado. Y que a partir de ahora, deben de contar con el pueblo…y no una vez cada cuatro años.






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