¿Conoces la sensación de que estás a punto de caerte
por un precipicio y de que el conductor del vehículo no te hace caso? ¿De que
no te oye o no quiere oírte?
No. No es una pesadilla producto de una mente enferma.
Es peor que eso: es la REALIDAD.
Nos estamos asomando al precipicio y seguro que el
inicio de la caída libre será dentro de tres meses, en Marzo. El mes en el que
se nos van a anunciar alegremente las nuevas medidas que se van a aplicar en
nuestro querido país: España.
No es una cuestión de ideología política, creedme. Es
cuestión de lógica. Del producto de varios años de formación, de lectura de la
Historia Económica, de varios años usando algo que usamos todos; el SENTIDO
COMÚN.
Ya hice alusión a los efectos devastadores de la
reducción de salarios, de derechos laborales en definitiva…el resultado, os
recuerdo que es más desempleo. Las razones os las he descrito en una anterior
entrada de este blog. Aquí los economistas se ponen de acuerdo: si disminuye el
consumo: démonos por jodidos, hablando en plata. Van a cerrar más tiendas de lo
que cualquiera de nosotros jamás hubiera imaginado. Si desaparece la clase
media, si incrementamos las diferencias entre los más ricos (las está habiendo,
se están forrando) y los más pobres (existen)…estaremos creando una sociedad en
tensión, una sociedad cada vez más crispada, una sociedad muerta, enferma…
España tiene la peculiaridad de que la mayor parte de
la gente pertenece o se considera “clase media”. Hemos estado acostumbrados a
productos, servicios de alta calidad. Hemos sido (y lo somos) el target
objetive de muchas marcas de calidad (Apple, Mercedes, etc…). El efecto de
disminuir drásticamente el poder adquisitivo de un ciudadano que ya ha
experimentado una calidad de vida alta anteriormente, puede llevar a la
frustración social e incluso a reacciones o conductas muy distintas de las
personas que jamás han accedido a ello.
Estamos en una Sociedad de personas que compran iPads,
que compran BMWs, que el mercado de lujo ha prosperado en casi un 83 por ciento
en 2011, que convive con otros miembros de una sociedad progresivamente
empobrecida.
Unos pensarán que no les afecta. Otros que es muy
lejana la situación. Pero es falso. Una sociedad en tensión lleva a mal puerto.
Lleva a que las personas que menos tienen, reclamen legítimamente lo que les pertenece. Sí, les pertenece. Con la misma
legitimidad que tú o que yo, poseemos cosas (hay excepciones, por supuesto,
pero esas personas no son sociedad, son los parásitos de la sociedad).
Una sociedad con buena salud es una sociedad donde
todos tienen acceso, o pueden tener acceso a las mismas cosas que tú y que yo,
habiéndose esforzado lo mismo o más. Y esa no es la situación: emigración y enchufismo.
Y habiendo empezado por estas “soflamas”, diré por qué
estamos a punto de caernos:
Primero, leed el BOE y observad meticulosamente cómo
están inyectando dinero a los bancos (de nuevo. ¿Os suena, no? ¿Alguien duda de
quién manda en realidad en Occidente?
Segundo, y como decía mi abuelo: “En toda pelea, mira a
ver quién ha empezado la pelea y quién ha ganado”. Quién ha empezado es discutible,
yo me lo imagino. Sobre quién ha ganado (de momento), todos lo tenemos más o
menos claro: aquellos a los que les interesa mano de obra cualificada barata y
NUNCA pagan impuestos. Sí, aquellos que ahora son más ricos, mientras tú y yo
vemos una calidad de vida restringida. Todo ello en pos de una sociedad mejor,
sin deber nada a nadie (déficit)…y tú, ni yo, nos consideramos tontos.
Y
sabemos leer. Salimos a la calle y vemos lo que hay.
Este post, lo he redactado desde el punto hacia donde nos estamos dirigiendo a pasos agigantados. Un camino que nos lleva a una
lucha. A una pelea. Y eso no lo queremos. No somos los culpables. No nos merecemos
pelear por algo de lo que no somos culpables, ni tenemos que ver. Para eso
estamos votando a unas personas a las que se les presupone una formación
(permitidme que me ría un poco, perdonadme) para que esas preocupaciones, esa
lucha la lleven ellos acabo. Creo que les pagamos muuuuuy bien para ello.
¿Y sabéis qué es lo que les está pasando? Estamos
pagando a unos inútiles. Estamos pagando dos veces: por sus errores y con su
sueldo. Así que espero que alguna vez, dejemos aparcado el teclado o la pantalla
táctil y salgamos ahí fuera. Decirles en voz muy alta que se acabó. Que basta
ya. Que nos han engañado. Y que a partir de ahora, deben de contar con el
pueblo…y no una vez cada cuatro años.
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