miércoles, enero 25, 2012

MADRIDISTA en EXCEDENCIA


Treinta y dos años siguiendo a un equipo ganador. Al equipo ganador.
Un equipo conjuntado de blanco, que ya desde muy  pequeñito, llamó mi atención. Era la época en el que el Real Madrid ganaba o todo lo que se podía ganar. Con jugadores en la selección y fuera de ella con calidad futbolística, con menos calidad futbolística, pero ante todo con una infinita calidad como personas y como equipo.

Era la época de jugadores que construyeron el futbol que ha ido creciendo con nosotros: Camacho, Del Bosque, Santillana, Juanito, Chendo, Stilike…jugadores sobre todo dotados de un sentimiento de EQUIPO. Gente que sentía lo que vestía. Que el dinero era importante para ellos, pero el equipo, el saber estar y el honor de la camiseta que vestían, lo era más.
Fueron pasando los años, y a medida que el futbol se hizo mercenario del dinero y del presupuesto, mi interés fue disminuyendo. NO voy a mentir: las copas de Europa que ganamos a principios de la década pasada, me hicieron tanta o más ilusión como el que más (que se lo digan a ese SEAT 600 que conducía por esa época, las banderolas que enarbolé, los baños en las fuentes que me di, los “bautismos etílicos” con los que brindé y los gritos que pegué…).

No, no voy a decir que no me hiciesen ilusión. Voy a decir que ese sentimiento no era nada comparable a la época de la Quinta del Buitre, de las eliminatorias de cuando la Champions era la Copa de Europa, que perdíamos con el Ajax, con el Bayern, con el MIlan…pero eran MIS jugadores, NUESTROS jugadores, futbolistas que no se compraban ni se vendían. Te sentías identificado con ellos. Era muy fácil hacerlo.
…y llegamos a nuestros días. El Madrid, un equipo honorable y respetado se convierte en un nido de mercenarios al servicio de un entrenador que representa justo lo contrario del motivo por el que me hice madridista: el respeto y la humildad. El Madrid que ganaba callando, se convierte en el equipo que grita perdiendo.

NO quiero personalizar en nadie en concreto. En ningún jugador en concreto, porque esa es la filosofía que empezamos a aceptar con los Figo-Beckam y Zidane : la filosofía de la CHEQUERA.

Confiamos en un presidente que no le gusta el fútbol, que COMPRA el futbol, que NEGOCIA con el futbol…y fuimos cómplices de convertir al Madrid en lo que hoy es: un juego de MONOPOLY HUMANO.

Mientras no volvamos a tener en nuestras filas a los Camachos, Pavones, Del Bosques o Agustines que representen la humildad, el respeto y el honor y el privilegio de llevar el escudo…me declaro MADRIDISTA EN EXCEDENCIA.

Disfrutemos de la partida de Monopoly, los dados siguen rodando: compro una casa.

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